viernes, 27 de agosto de 2010

PEDANÍAS

Artículo de Damián Rubio para Línea Local

Como todos sabemos, nuestro municipio cuenta con cinco pedanías: El Cañarico, La Costera, Las Cañadas, Gebas y El Berro. Siempre he pensado que vivir en estos núcleos rurales supone un plus de calidad de vida, puesto que se está más cerca de la Naturaleza y se suele tener un mejor trato con la misma. Tradicionalmente, sus habitantes, al dedicarse al sector primario, han podido autoabastecerse en gran medida de los recursos básicos para su subsistencia, además de disfrutar de una vida más tranquila y de unas relaciones sociales mucho más estrechas. Sin embargo, no todo son ventajas, puesto que, al estar alejadas de Alhama, también lo están de los principales servicios: educación, seguridad, sanidad, equipamientos, etc.
Actualmente, los servicios educativos de Infantil y Primaria se prestan en las escuelas unitarias de tres pedanías, sin embargo no se dispone de servicio de guardería en ninguna de ellas. Cuando los alumnos inician Secundaria se tienen que desplazar hasta el Instituto más cercano y, aunque cuentan con centros sociales, no todas ellas tienen instalaciones en las que los jóvenes puedan practicar deporte. Por otra parte, la seguridad ciudadana corre a cargo fundamentalmente de la Guardia Civil, siendo meramente testimonial la presencia de agentes de la Policía Local. Otros servicios como electricidad, agua potable, recogida de basura o alumbrado público, en mayor o menor medida, están cubiertos. Desde mi punto de vista, las principales carencias que presentan las pedanías, en relación a los servicios, se centran en la ausencia de transporte público regular y en la deficiente atención sanitaria.
Recientemente, la prensa se hace eco de una noticia en la que el Defensor del Pueblo de la Región de Murcia recomienda a la Consejería de Sanidad la modificación del Mapa Sanitario para que los vecinos del Cañarico puedan acudir al Centro de Salud de Sangonera la Verde, que les queda mucho más cerca que el de Alhama, como lo venían haciendo hasta el año 2009. Precisamente, hace poco más de un año, Izquierda Unida + Los Verdes presentó en nuestro Ayuntamiento una moción en la que, además de solicitar la adscripción de la referida pedanía al Centro de Salud de Sangonera, se pedía la mejora y ampliación de los servicios sanitarios. Lamentablemente, esta iniciativa no llegó ni siquiera a debatirse en el Salón de Plenos, ya que el Sr. Alcalde no la consideró como cuestión prioritaria. Entre tanto, desde la Consejería de Sanidad se diseñó un nuevo Mapa Sanitario Regional, por el cual los habitantes del Cañarico pasaban a pertenecer a la zona de Alhama. Entiendo que los vecinos del Cañarico estén decepcionados con el Gobierno Municipal del PPSOE de Alhama, puesto que, al no atender sus quejas, se han visto obligados a tener que recurrir al Defensor del Pueblo para que éste tome cartas en el asunto.
Creo que las pedanías merecen una mejor atención por parte de los gobiernos municipales de turno. No basta con nombrar un pedáneo a dedo, sustituirlo cuando se produce el cambio en la alcaldía previsto en el Pacto, o poner un autobús el día de las elecciones. Me parece fundamental que se fomente el asociacionismo y la participación ciudadana, y que sean los propios vecinos los que elijan a su alcalde pedáneo, que además debería tener al menos un día a la semana para atender sus demandas. Resulta paradójico comprobar cómo las nuevas “pedanías del ladrillo” –léase Condado de Alhama- ya disponen de Oficina de Turismo y de Atención Ciudadana. Como se dice en lenguaje coloquial: “siempre ha habido ricos y pobres”.

sábado, 21 de agosto de 2010

LOS BAÑOS DE ALHAMA


El nombre actual de Alhama tiene su origen en la época árabe y, según los estudiosos de este periodo de nuestra historia, viene de la palabra Hämma, que significa baño natural de agua caliente. Por tanto, este nombre indica la importancia que los baños termales han tenido en nuestro pueblo históricamente. Pero no fueron los árabes los únicos en beneficiarse de las propiedades de las aguas mineromedicinales que surgían de forma natural del subsuelo en las proximidades del Cerro del Castillo, también está arqueológicamente comprobado que los romanos, hace más de 2.000 años, ya construyeron unas termas en esa misma zona. A lo largo de la historia, el uso y disfrute de las aguas termales y de las instalaciones habilitadas para ello, ha fluctuado entre el esplendor y el más absoluto abandono. La época de auge más reciente de los Baños corresponde a la construcción, en la segunda mitad del siglo XIX, de un moderno hotel balneario sobre las antiguas termas romanas y baños árabes, que gozó de una reconocida fama en nuestro país y fue visitado por personajes ilustres de la talla del Nobel D. Santiago Ramón y Cajal. Este último edificio entró en declive en los años 30 y dejó de utilizarse como balneario, hasta que finalmente fue demolido en el año 1972. La última instalación utilizada para baños termales estuvo ubicada en el huerto de los Mena hasta el año 2004, en el que nuestro Ayuntamiento adquirió dicha finca y procedió a su cierre y posterior derribo. Desde esta última fecha, Alhama carece de baños termales y, con ello, el nombre de nuestro pueblo ha quedado vacío de contenido. En el año 2005, el entonces alcalde, Sr. Romero, encargó a una consultoría técnica la realización de un estudio para el aprovechamiento de las aguas termales. El mismo incluía un análisis de nuestro territorio, así como de sus posibilidades de explotación turística y las recomendaciones sobre las posibles ubicaciones, tanto de un hotel balneario como de un moderno centro termal. Hasta la fecha estos trabajos siguen “criando telarañas” en cualquier cajón, sin que se hayan tenido en cuenta sus indicaciones. Prueba evidente de ello es que en 2008 se contrató la realización de un proyecto, por valor de 60.000 €, para la construcción de un balneario en la urbanización Nueva Espuña, sin que esta zona estuviese recomendada por el estudio anteriormente referido. Lo que resulta curioso, a la vez que paradójico, es que a estas alturas, después de tantos siglos de utilización, nuestras aguas termales carezcan de la declaración de mineromedicinales, ya que para ello precisan someterse a unos análisis que aún no ha superado de forma satisfactoria. Estoy convencido de que la máxima aspiración de cualquier alcalde de Alhama sería construir unas instalaciones termales acordes con lo que requieren los nuevos tiempos, a la vez que coherentes con nuestra historia y orígenes. Me parece imperdonable que seamos el único de los cuatro municipios que tienen este nombre que no dispone de un establecimiento termal. Lo mismo podría decirse en relación con los pueblos de nuestra Región que tradicionalmente disponen de baños termales, tales como Mula, Fortuna o Archena. Más inexplicable me resulta que pertenezcamos, junto con estas tres últimas localidades, a un consorcio regional denominado Villas Termales con los antecedentes anteriormente referidos. Mucho “agua para todos”, colgando aún en el balcón de nuestro Ayuntamiento, mientras nuestros políticos, en el tema de los Baños, “no dan palo al agua” o “pretenden sacar el agua con un cesto”.

jueves, 12 de agosto de 2010

LA OBRA INTERMINABLE


Nuestros políticos locales ya se han ido de vacaciones. Aunque el verano comenzó el 21 de junio, realmente parece que no empieza de forma oficial hasta que en agosto las instituciones públicas dan carpetazo a sus actividades. Antes de hacer las maletas, nuestro Gobierno Municipal nos ha regalado, en los dos últimos plenos de julio, la subida del agua potable, el aumento del precio las guarderías y un clásico del verano: la aprobación de una nueva macro-urbanización en las Cañadas.
Durante este mes todo se ralentiza, excepto las interminables y molestas obras en nuestras calles y avenidas, de las que sabemos cuando comienzan pero no cuando terminarán. Los alhameños que no tienen segunda residencia en la playa o en el campo, o no tienen posibilidades para viajar, se ven obligados a soportar el ya tradicional “martirio” de los remiendos estivales. Todo esto, añadido al insoportable calor propio de estas fechas, convierte en héroes a aquellos que no tienen más remedio que atrincherarse en sus viviendas y aguantar el día estoicamente con la esperanza de tomar un poco el fresco durante la noche, lo de dormir ya es otra cuestión si el presupuesto no da para aire acondicionado.
En el asunto de las infraestructuras cada vez nos acercamos más al famoso modelo Gallardón, que ha convertido Madrid en una obra permanente como consecuencia de una falta de previsión y planificación adecuadas, todo ello aderezado con un enorme afán de protagonismo y deseo de dejar su sello personal para la posteridad. Esta enfermedad parece ser contagiosa y se ha propagado hasta los municipios más pequeños. Alhama no es la excepción.
Nuestro pueblo ha estado “patas arriba” durante buena parte del año con el desarrollo del famoso Plan E (segunda edición). Ahora, en verano, nos encontramos con obras repartidas por todo el casco urbano: en la Calle La Feria, en las proximidades de estación de Renfe, en el Barrio de San Cristóbal, en el Praíco, y en distintas zonas de nuestro callejero.
Considero que todas ellas son necesarias puesto que se está instalando una la red de recogida de aguas pluviales para solucionar los tradicionales problemas de las zonas mencionadas anteriormente, remodelando zonas deportivas o arreglando calles. Sin embargo, echo de menos una planificación adecuada que, a pesar de las lógicas molestias de cualquier obra, permita a los alhameños desarrollar su vida diaria sin sumergirlos en un caos. No entiendo cómo en una calle recién arreglada en pocos días se vuelve a abrir una nueva zanja, y después de ésta otra más, y así sucesivamente hasta dejar la calle hecha un “cromo” para soterrar distintas instalaciones (telecomunicaciones varias, gas, agua, alumbrado, riego, desagües, pluviales, etc). Tampoco entiendo cómo en una misma barriada se cortan al tráfico simultáneamente varias de sus arterias principales, provocando un verdadero laberinto circulatorio.
Desde esta columna deseo felices vacaciones a nuestros políticos, aunque alguno de ellos, por su forma de actuar en los plenos, ya se las tomó hace tiempo. Espero que carguen las pilas para iniciar el nuevo curso político con ilusiones renovadas y con más ganas de dar explicaciones a los alhameños sobre su gestión.