Artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local
El próximo jueves, 1 de mayo, se
celebra la Fiesta Internacional del Trabajo. Esta celebración tiene su origen a
finales del siglo XIX, en plena revolución industrial, y se fundamenta en la
lucha de la clase trabajadora por conseguir mejoras en sus condiciones laborales. Inicialmente, las
reivindicaciones se centraron en la consecución de salarios dignos y la
sustitución de las jornadas interminables por la de 8 horas.
Desde entonces se fue implantando
el 1 de mayo como una fecha propicia
para salir a la calle a manifestarse y denunciar las injusticias relacionadas
con el mundo laboral, a la vez que se reclaman avances en la consecución y
consolidación de derechos para la clase trabajadora.
Este año, como siempre, nos
sobran los motivos para manifestarnos. Con la excusa de la crisis, el Gobierno
del PP pretende reflotar la economía estrechando el cinturón de los más
débiles, para ello está empleando una política de recortes laborales y sociales
que no hacen otra cosa que ahondar en las diferencias.
El primer golpe bajo recibido por
los trabajadores ha sido la reforma laboral, que da pie a que los empresarios
puedan rebajar salarios, despedir con más facilidad y menor coste, modificar
las condiciones de trabajo, manejar la contratación a su antojo, etc. En
definitiva, les han dado todas las armas
a los empresarios para imponer su ley sin traba alguna, dejando a los
trabajadores “a los pies de los caballos”. Todo ello, acompañado de una campaña
brutal de desprestigio de los sindicatos, que son las únicas organizaciones con
capacidad para contrarrestar el poder de la patronal.
Por si faltaba poco, la situación
de la clase trabajadora se ve empeorada con una sucesión interminable de
recortes sociales, tales como reducción de becas y aumento de tasas académicas,
en educación; en sanidad, copago y retirada de la cobertura de numerosos
fármacos, cierre de centros de salud y privatización de hospitales; y en
servicios sociales, paralización de la Ley de Dependencia, reducción y supresión
de todo tipo de ayudas, congelación de pensiones y privatización de
residencias.
A todo lo anterior, hay que
añadir el recorte salarial y la eliminación de plazas que están sufriendo los
trabajadores públicos, la reducción en las prestaciones a los desempleados y el
aumento de la edad de jubilación. No olvidemos tampoco a las víctimas de los
fraudes de la banca ni a los desahuciados por no poder hacer frente al pago de
su hipoteca.
Si algún ciudadano no encuentra
motivos para manifestarse el primero de mayo, será porque pertenece a otro
planeta, forma parte de la casta social privilegiada, que nada en la abundancia
y no le afecta ninguna crisis económica, o está tan anestesiado por el sistema
capitalista que no es capaz de darse cuenta de que si los trabajadores no
ponemos remedio, terminaremos siendo una pieza más del engranaje, que se puede
sustituir por otra en cualquier momento.
Desde aquí invito a todos los
alhameños a participar en las manifestaciones organizadas para conmemorar este
día de lucha y reivindicación obrera.
Damián Rubio es Cordinador Local de IU- Verdes Alhama
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