Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
Ya se está convirtiendo en
tradición en Alhama realizar una serie de actos culturales en torno al 14 de
abril, Día de la República. Con ellos se pretende conmemorar y reivindicar esta
forma de gobierno por considerarla más democrática y participativa. Entre las
actividades que se organizan, suelen destacar las conferencias, exposiciones,
recitales poéticos, etc.
A estas alturas de la “película”,
aún se hace necesario explicar que la república representa una forma de
gobierno que engloba los valores más genuinos de la democracia, puesto que
permite a los ciudadanos elegir no sólo a diputados y senadores, sino también
la propia jefatura del estado. De esta manera se evita la perpetuidad del cargo
más representativo del país sustituyendo su carácter hereditario por la
elección en las urnas, que determinarán la continuidad o no en el mismo.
La monarquía en España es una institución
anacrónica y obsoleta impuesta por el anterior Régimen, que vio en la misma la
mejor manera de “continuar su obra”. Hasta ahora los españoles no hemos tenido
opción de pronunciarnos expresamente sobre la conveniencia o no de que la
jefatura del estado recaiga de forma hereditaria en un rey. De forma indirecta
nos la endosaron en el paquete constitucional, bajo el paraguas de monarquía
parlamentaria para que sonase más democrática.
El sentimiento republicano avanza
en la sociedad española sin prisa, pero sin pausa. Las encuestas dicen que más
de la mitad de los españoles están a favor de la realización de un referéndum
que les permita elegir entre monarquía o república. Cada vez se difuminan más
los fantasmas -creados por el franquismo- que asocian el republicanismo con la Guerra Civil. Las nuevas generaciones de
españoles tienen superado ese interesado mensaje, creado precisamente por
quienes provocaron la Guerra con un golpe de estado militar contra el gobierno
salido de las urnas.
Por otra parte, la monarquía
española -hasta hace bien poco intocable y protegida por los medios de
comunicación y el poder económico- está haciendo aguas debido a los escándalos
y casos de corrupción. La abdicación de Juan Carlos I, en la persona de su hijo
Felipe VI, ha intentado hacer un lavado de imagen para hacer “borrón y cuenta
nueva”.
Sin embargo, no han desaparecido
todas “las manchas”, puesto que el proceso judicial en el que siguen inmersos la
infanta Cristina y su marido sigue ensuciando la imagen monárquica, que
históricamente siempre ha estado ligada al tráfico de influencias y la corrupción que ésta conlleva. De Corina,
los Papeles de Panamá y otros “affaires”, ni hablamos.
Un año más, desde esta columna me
sumo a los que reivindican una Tercera República. No se trata sólo de cambiar
la jefatura del Estado, sino de conseguir una sociedad más justa, en la que los
ciudadanos tengamos un mayor protagonismo y en la que los trabajadores
recuperemos nuestros derechos y dignidad.
Invito a los alhameños a
participar en los actos conmemorativos y reivindicativos que se organicen en
torno al Día de la República en nuestra localidad.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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