A principios de esta semana se
realizo el sorteo para designar los miembros que compondrán las mesas
electorales del próximo 26 de junio. Con ello se puede decir que se dio el
pistoletazo de salida a la campaña electoral, aunque algunos no han dejado de
estar en ella en todo lo que llevamos de año.
Aunque hay mucho empeño en
vendernos la idea de que se trata de una repetición de elecciones, no es así,
porque a esta convocatoria se presenta una nueva formación política surgida de
la confluencia de diversos partidos de izquierdas. Se trata de Unidos-Podemos,
cuyas formaciones mas relevantes son Podemos, Izquierda Unida y Equo.
Sin duda, la aparición de la
citada coalición en el panorama electoral ha supuesto una agradable sorpresa
para los votantes progresistas y, al mismo tiempo, ha despertado las criticas
furibundas de los partidos más conservadores, que enseguida han puesto en
marcha una dura campaña mediática de acoso y derribo de Unidos Podemos,
temerosos de un verdadero cambio politico que incida de forma decisiva en los
resultados electorales.
La campaña de descrédio orquestada
por PP, PSOE y Ciudadanos no tiene desperdicio, y en más de una ocasión roza el
ridículo y el esperpento. Han conseguido introducir a Venezuela en la campaña
electoral; sólo falta que los debates se hagan allí y que las urnas se instalen
en el citado país para que los ciudadanos pudientes aprovechen sus vacaciones y
voten; mientras que los trabajadores tendriamos que hacerlo por correo,
mediante voto rogado, para garantizarse que nuestra papeleta nunca llegue.
Me parece indignante que algunos
se empeñen en defender los derechos humanos en un país democrático, cuyo
gobierno puede ser más o menos censurable, y no se acuerden de territorios y
situaciones que nos quedan física y sentimentalmente más cerca, como es el caso
del pueblo saharaui que está soportando la represión de una monarquía, no muy
democrática, precisamente.
Esta campaña de desprestigio de
las políticas de cambio real, no es nada nuevo, ya se viene dirigiendo contra
los ayuntamientos gobernados por alcaldes progresistas, surgidos de la
confluencias conformadas tras las elecciones municipales y autonómicas
celebradas en mayo de 2015. Las presiones de los grupos de poder para que estos
proyectos que apuestan por los ciudadanos no lleguen a consolidarse son
tremendas, y su principal arma es el miedo.
Tengo la impresión de que PP,
PSOE y Ciudadanos se están “repartiendo estopa” por apropiarse del llamado
centro político, un lugar que en este país siempre ha estado ocupado por la
derecha, más o menos “descafeinada”, que ha utilizado a los indecisos como principal
cantera de votantes.
Yo tengo claro que el centro es
una entelequia que utiliza la derecha según la conveniencia del momento. En
Alhama, sin ir más lejos, aún nos conocemos todos, y no hay más que ver donde
han acabado los que se denominaban de centro y de dónde vienen los que ahora se
definen así. Por eso, creo que en las próximas elecciones el verdadero voto
útil y de cambio lo representa Unidos
Podemos.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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