domingo, 7 de febrero de 2016

LA SEGUNDA TRANSICIÓN

El año 1977 fue un año clave en la transición de nuestro país para pasar de la dictadura a la democracia. Los partidos políticos con mayor peso social de la incipiente democracia española (UCD, PSOE y PCE) se pusieron de acuerdo con otras formaciones políticas y firmaron  los denominados Pactos de la Moncloa.  Con ello, apostaron por realizar un saneamiento y reforma de la economía. Los principales objetivos fueron: una reforma fiscal que favoreciese la justicia social, moderación de las tasas de crecimiento salarial, medidas para solucionar el paro existente e impulsar la economía de mercado.
No hay que olvidar que en enero de ese mismo año tuvo lugar  la Matanza de Atocha, provocada por un comando de la ultraderecha que entró en un despacho laboralista,  vinculado al sindicato Comisiones y al Partido Comunista de España, asesinando a balazos a cinco personas e hiriendo de gravedad a otras cuatro. Este hecho,  junto con otras acciones que causaron la muerte de estudiantes en manifestaciones, y atentados terroristas de ETA y GRAPO, habían creado un ambiente de inestabilidad que ponía en peligro las aspiraciones democráticas de los españoles.
Como se puede ver, el contexto político, social y económico era totalmente diferente al actual. Todo estaba por hacer, incluida la legalización de algunos partidos y la Constitución. Además, aún no se habían celebrado las primeras elecciones generales. Por eso, se me ponen las “orejas tiesas” cuando el PP insiste, por activa y por pasiva, en reeditar unos nuevos Pactos de la Moncloa a su acomodo, con los partidos que ellos consideran “constitucionalistas” y que representan la “centralidad” (PP-C´s y PSOE).
La gran coalición de Rajoy supondría el continuismo de la política de recortes sociales, pérdida de libertades y escándalos de corrupción, que han sido el santo y seña de la mayoría absoluta del PP durante esta última legislatura. Aferrarse a su condición de partido más votado para presidir el nuevo gobierno, es un punto de vista muy particular e interesado. No tiene en cuenta que es el partido más rechazado socialmente, y que ha demostrado no tener ni la más mínima capacidad de diálogo o consenso.  
Creo que los españoles mayoritariamente han apostado por un cambio en la forma de hacer política, y sería un fraude al electorado que Rajoy, principal protagonista de la mala gestión de los cuatro últimos años, continuase como presidente del gobierno. Además, con su decisión de no postularse como candidato a la presidencia “de momento”, por considerar que no tiene los apoyos suficientes, el líder del PP demuestra una vez más su falta de talante para el diálogo y el consenso.
Considero que no es el momento de unos segundos Pactos de la Moncloa para contentar a los poderosos, repartirse sillones o tapar los vergonzantes casos de corrupción. Es el momento de la política con mayúsculas, de dejarse de estrategias partidistas y de apostar por la mayoría social de este país. Es necesaria una segunda transición que nos lleve a una mayor justicia social y a una sociedad en la que quepamos todos los españoles.

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