sábado, 14 de mayo de 2016

TESTIMONIO REIVINDICATIVO


Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
El pasado domingo, 1 de mayo, se conmemoró como todos los años la Fiesta Internacional del Trabajo. Se trata de una jornada que se celebra en todo el mundo y que tiene un carácter reivindicativo en sus orígenes, aunque hay mucho empeño en convertirla en un evento meramente lúdico-festivo.
Por muchas veces que se repita, no está de más recordar que el Primero de Mayo se rinde homenaje a un grupo de sindicalistas estadounidenses que, en esa fecha de 1886, convocaron una huelga en la ciudad de Chicago para reivindicar la jornada de 8 horas. La misma, se saldó con miles de trabajadores heridos, detenidos o despedidos, mientras que 5 de los sindicalistas organizadores fueron ejecutados en la horca y 3 encarcelados.
Desgraciadamente, tengo la sensación de que la mayoría de los trabajadores, que hoy disfrutan de la jornada de 8 horas, creen que este logro se debe a la generosidad de la patronal, y que los sindicalistas son un estorbo que nada tiene que ver en ello.
En España, este año se convocaron 80 manifestaciones en distintas ciudades de la geografía nacional. Todas coincidían en la denuncia de la pobreza salarial, en la reivindicación de empleos dignos y  la recuperación de los derechos laborales de los trabajadores.
Los últimos gobierno de nuestro país, han ido encadenando una serie recortes laborales y sociales a la clase trabajadora, colocándola en una situación muy precaria. La reforma laboral  del gobierno popular ha supuesto un duro golpe para la clase obrera al aplicar medidas tan regresivas como: facilidades para el despido individual y colectivo, contratos más precarios, legalización de horas extras, ataque a la negociación colectiva, recortes en las prestaciones por desempleo, facilidades a las empresas de trabajo temporal, aumento de la edad de jubilación, etc.
A todo lo anterior hay que añadir que las políticas del Gobierno Rajoy se han traducido en reducción de los salarios, libertad para modificar la jornada laboral, impunidad para cambiar las categorías profesionales, y la imposición de la movilidad laboral y geográfica. A nivel social, “la puntilla” la han dado con los desahucios, la reducción en prestaciones, los recortes en los servicios públicos, el encarecimiento de  suministros básicos o el incremento de los impuestos.
Por mucho que los “poderes”, con todo tipo de sutilezas y actividades paralelas, se empeñen en restar protagonismo al carácter reivindicativo de la jornada del 1 de mayo, los trabajadores tenemos motivos más que suficientes para mantener el testimonio que simboliza la Fiesta del Trabajo y luchar por nuestros derechos durante todo el año.
Puesto que los trabajadores aún tenemos la posibilidad de elegir quién queremos que nos gobierne, creo que debemos ser inteligentes de cara a la próxima convocatoria electoral del 26 de junio no dejarnos influir por el ruido mediático –siempre dirigido e interesado-.
Desde esta columna, animo a respaldar a aquellos partidos que de verdad representan a la clase trabajadora, los de la izquierda auténtica. Es decir, esos que siempre están a nuestro lado cuando los buscamos para resolver los problemas que otros nos han creado.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama

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