sábado, 12 de agosto de 2017

UNA ALHAMA PARA TODOS


Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
Recientemente ha aparecido en los medios de comunicación, tanto locales como regionales, la polémica suscitada por la posible construcción de una mezquita en el barrio de Las Filipinas de Alhama. Algunos vecinos de este barrio están recogiendo firmas estos días con la intención de evitar que el citado centro religioso se ubique en una de sus calles.

La Constitución Española reconoce, en su artículo 16, como un derecho fundamental “la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”. Además, ese mismo artículo manifiesta que “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

El colectivo de personas residentes en Alhama procedentes del Magreb está actualmente en torno a las 2.000. Como cualquier ciudadano que habita en nuestro país están sometidos a nuestra Constitución y a las leyes y normas que se desprenden de ella. Esto implica una serie de derechos y obligaciones, en función de su situación administrativa en nuestro país.

Las quejas vecinales se sustentan en los posibles inconvenientes que se pueden generar como consecuencia de la ubicación de una mezquita en su barrio, tales como: aglomeración de tráfico, exceso de ruidos, efecto llamada de personas pertenecientes a este colectivo y residentes en otras localidades, principalmente. Hay otros miedos y recelos, que no se hacen públicos abiertamente, pero que están en la mente de muchas personas.

Los principales representantes del colectivo islámico de nuestra localidad son conocedores de sus derechos, pero también son conscientes de que los acontecimientos provocados por algunos extremistas a nivel internacional no les benefician para mejorar la convivencia y la coexistencia cultural en nuestra sociedad.  Estas personas ya forman parte de nuestro pueblo, y mayoritariamente quieren vivir con su cultura y tradiciones, respetando a los demás y las normas de convivencia que nos rigen a todos.

Creo que discriminar a un colectivo, por motivos de raza, cultura o religión, no favorece la convivencia ciudadana, sino que por el contrario alimenta los extremismos de una y otra parte. Yo me pregunto, ¿si este mismo local hubiese sido adquirido por otra asociación religiosa o cultural, se hubiese provocado el mismo revuelo? La respuesta la tenemos cada uno de nosotros, no es necesario que yo la escriba.

Alhama siempre se ha distinguido por ser un pueblo de acogida. La prueba evidente es la multitud de alhameños procedentes de distintos países y regiones que componen actualmente nuestra sociedad. Sería muy triste que, en lugar de aprovechar esta oportunidad para enriquecernos culturalmente y abrir nuestras mentes, nos dediquemos a crear barreras que generen conflictos.

Personalmente, opino que quien pretenda sacar rédito social o político, forzando enfrentamientos en lugar de propiciar el diálogo y el acercamiento, tiene la mente muy estrecha y poca visión de futuro. El reto es construir una Alhama para todos.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama

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