viernes, 23 de marzo de 2018

IGUALDAD REAL


Artículo de Damián Rubio publicado en InfoLínea el 9 de marzo de 2018

El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer de una manera distinta a otros años, mucho más reivindicativa. El Movimiento Feminista convocó una huelga a la que estaban llamadas todas las mujeres trabajadoras, tanto las que lo hacen de forma remunerada como las que no cobran nada por su trabajo doméstico o de cuidados.

Las mujeres utilizaron esta convocatoria para denunciar la desigualdad que vienen sufriendo históricamente, tanto en el ámbito laboral como en el social y familiar. En lo que se refiere al mundo laboral, pusieron su acento en la gran brecha salarial que existe entre hombres y mujeres por el desempeño del mismo puesto de trabajo, además de la precariedad en las contrataciones, la escasa representación en puestos directivos y las dificultades para la conciliación con la vida familiar.

La movilización también abarcaba el consumo y los cuidados de las personas dependientes, para protestar por la utilización de la mujer como objeto publicitario y reivindicar la corresponsabilidad en el desempeño de las tareas domésticas y en la atención a familiares. El principal objetivo es que los hombres tomen conciencia de la carga que las mujeres llevan, por el mero hecho de tener asignados una serie de roles por parte de la sociedad patriarcal en la que vivimos.

En los actos convocados para este Día no faltaron las referencias a la violencia de género y el acoso sexual, que constituyen dos lacras sociales sufridas mayoritariamente por las mujeres. En algunos medios he visto cifras que resultan escandalosas, tales como que, en los últimos 15 años, alrededor de 920 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas, así como a los hijos de éstas.

Si una convocatoria de este tipo se mide por su repercusión en la calle y en los medios de comunicación, este 8M ha tenido un éxito sin precedentes. Las ciudades más importantes de nuestro país acogieron manifestaciones multitudinarias, con cifras que superan los 5 millones de mujeres, bajo el lema “Si nosotras paramos, se para el mundo”. Entre las participantes se encontraban principalmente trabajadoras, amas de casa y estudiantes.

La mayor incidencia de participación en la huelga se dio en los sectores  industrial, de servicios y administraciones públicas. Sin embargo, en el comercio, la hostelería, agricultura y trabajo doméstico el respaldo fue escaso, pese a ser los sectores con mayor índice de precariedad laboral. La mayoritaria implicación en la huelga de las trabajadoras de los medios de comunicación hizo que ese Día, en la radio, en la televisión y en la prensa, su ausencia fuese palpable y visible.

Si alguna duda había sobre la repercusión y el éxito de este 8M, basta con observar el giro que dieron aquellos y aquellas que se mostraban contrarios a la huelga por considerarla politizada y anticapitalista. Esa misma mañana, Rajoy y Rivera, al ver la multitudinaria participación, decidieron colocarse el lacito violeta en la solapa de su chaqueta para intentar “salvar los muebles”.

Espero que el éxito de esta movilización no se apague y las mujeres conquisten definitivamente la igualdad real con los hombres que les corresponde.  
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama

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