Artículo de Damián Rubio publicado en Infolinea del 18 de octubre
Estos últimos días nos hemos
visto sorprendidos por las imágenes y textos, difundidos a través de redes
sociales y medios de comunicación, haciendo referencia la muerte por asfixia de miles de peces y
crustáceos en el Mar Menor, más concretamente en la zona de San Pedro del
Pinatar. La versión oficial sitúa las causas de este desastre ecológico en los
efectos secundarios de las lluvias torrenciales que afectaron a gran parte de
la Región a mediados de septiembre, siendo este enclave una de las zonas más
perjudicadas.
En el artículo que publiqué en
este mismo medio con ocasión de la DANA, ya hice referencia a las opiniones de
expertos que avisaban de las posibles consecuencias negativas de los aportes de
lodo y agua dulce –cargada de agroquímicos- que pondrían en peligro el frágil ecosistema
de la laguna, ya de por sí castigada por la agricultura intensiva próxima y la
presión urbanística. La suma de los factores anteriormente referidos -a los que
hay que añadir el exceso de embarcaciones de recreo- ha provocado una enorme
deficiencia de oxígeno en el agua, que según los científicos es la principal
causa de la alta mortandad de fauna acuática.
Creo que llevamos décadas
recibiendo constantes avisos de la naturaleza sobre el alarmante deterioro de
las aguas del Mar Menor: proliferación vertidos fecales, plagas de medusas,
incremento de la pigmentación de las aguas -sopa verde-, especies en peligro de
extinción, episodios de contaminación química por pesticidas, etc. Este
ecosistema lleva muchos años agonizando, con todos los “semáforos en rojo”,
mientras el Gobierno Regional ha estado capeando el temporal y mirando para
otro lado.
En el Parlamento Regional se han
aprobado iniciativas como el Plan Vertido 0 y el Plan de Gestión Integral; a la
vista está que no han servido para nada porque ni se han llegado a poner en
práctica. Sólo han servido para “adornar el capote”, acallar a la opinión
pública en los momentos más críticos y “que sigan los mismos”.
Desde IU-Verdes se ha solicitado
a las instituciones europeas, a través del grupo Parlamentario Unidas Podemos
Cambiar Europa, la apertura de un procedimiento sancionador contra el Gobierno
Regional por incumplimiento de la normativa europea sobre protección del Mar
Menor. Por otro lado, a nivel regional se ha exigido la aplicación inmediata y
urgente de las normativas ya aprobadas y referidas en el párrafo anterior,
además de solicitar a la Asamblea Regional la elaboración de una Ley Integral
del Mar Menor.
Para mi buen amigo, Pedro Costa
Morata, los principales culpables de haber llegado a esta situación, por su
dejadez y pasividad, son los directivos de la Confederación Hidrográfica del
Segura, los políticos autonómicos y los sindicatos de regantes, que vienen
actuando durante muchos años como auténticos depredadores de este enclave natural,
único y excepcional.
Sería muy triste que, de nuevo,
en unos pocos días pasen al baúl de los recuerdos las impactantes imágenes con
miles de peces muertos flotando en el agua, mientras las administraciones
“echan balones fuera” sin que se investiguen ni depuren responsabilidades.
Además, urge tomar medidas como: eliminar los regadíos ilegales del entorno del
Mar Menor, frenar la especulación y presión urbanística de la zona, y suspender
las actividades acuáticas a motor.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes
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