Artículo de Damián Rubio publicado en Infolinea del 27 de diciembre
Iniciamos el año 2019,
a nivel político, con las consecuencias de la moción de
censura que puso al Sr. Rajoy fuera del Palacio de la Moncloa para que lo
ocupase “interinamente” el Sr Sánchez, del PSOE, que tenía ante sí la obligación
de convocar unas elecciones generales de las que surgiese un nuevo Parlamento,
presidente de la nación y gobierno de España. El asunto se ha dilatado durante
todo el año, y aún están sin cerrar las dos últimas cuestiones que atañen a la
elección de Presidente y la configuración del
Gobierno.
Como siempre, en los artículos publicados en este medio he abordado
diferentes temas con implicación a nivel nacional, regional y local, que han
abarcado cultura, deporte, educación, infraestructuras, festejos y, por
supuesto, política. Esta última cuestión ha tenido especial incidencia por la
celebración de tres convocatorias de elecciones: unas generales, en abril;
municipales, autonómicas y europeas, en mayo; y la repetición de las generales
del pasado mes de octubre.
Los resultados de estos comicios han sido dispares. En abril, pese al
hundimiento del PP, el PSOE no tuvo mayoría suficiente para gobernar, y además
fue incapaz de conseguir los apoyos necesarios para investir como presidente a
Pedro Sánchez. Sin embargo, a nivel regional, el PP, aunque no tuvo la mayoría,
consiguió con el apoyo de sus “parientes cercanos” de la derecha regional
investir como presidente a López Miras, para disgusto de nuestro ex-alcalde y
ex-delegado del Gobierno, Conesa. Mientras, a nivel local, en unas elecciones
con más candidatos que nunca, el PSOE resultó favorecido por esta dispersión de
votos y consiguió que Mariola Guevara dejase de ser “alcaldesa por cesión” y
obtuviera la Alcaldía en las urnas.
A lo largo del año, la negativa del Sr. Sánchez a admitir una realidad
que le obligaba a llegar a acuerdos para ser Presidente y constituir Gobierno,
forzó unas nuevas elecciones generales en octubre. Sin embargo, no le salieron
las cuentas y volvió a encontrarse en una situación similar a la de abril, que
no le permite gobernar en solitario. Eso sí, mientras tanto, sigue enquistado
el tema catalán, se ha hundido Ciudadanos, el PP ha conseguido que sus casos de
corrupción pasen a segundo plano y tenemos a una ultraderecha envalentonada. Vamos,
lo que se conoce como “hacer un pan como unas tortas”.
A nivel regional, el Mar Menor ha sido –y parece que lo va a seguir
siendo- el protagonista. Su agónica situación no hace más que empeorar día a
día, tras el escandaloso episodio de la muerte por asfixia de miles de peces y
crustáceos. Ahora la situación se centra en las negativas repercusiones económicas para la zona, especialmente
para la pesca y el turismo. Parece que
el asunto está tomando unos derroteros esperpénticos a nivel político. La última
ocurrencia -o penúltima, que ya he perdido la cuenta- de nuestro presidente,
López Miras, es ampliar el horizonte de responsabilidades culpándonos a todos
de los males del Mar Menor. Echar la culpa a otras administraciones u otros
partidos, se le ha quedado pequeño con tal de exculpar de responsabilidades a
los años de gobierno e inacción de su partido.
Para el año que viene, se quedan en el tintero hacer un repaso a los
asuntos de calado doméstico, dentro nuestro pueblo. Los abordaré como una
pesada asignatura para superar junto con la cuesta de enero. Felices fiestas y
que el año que viene nos trate un poco mejor.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes
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