Artículo de Isabel Campos publicado en Infolía del 27 de enero
Hoy no es fácil ser ecuánime,
aunque esto sea necesario más que nunca. El parlamento acaba de votar a favor
de un gobierno de coalición en España, el primero de estas características en
la etapa democrática de nuestro país; esto hace que, aunque sea
inconscientemente, una sonrisa aflore a muchos rostros.
Gobernará el PSOE, ganador de las
últimas elecciones generales, junto a Unidas Podemos, consiguiendo así una
Coalición Histórica de los partidos de izquierdas presentes en el Hemiciclo
El Debate para la investidura lo
he seguido con mucho interés, pasando por sentimientos de incertidumbre,
alegría y en algunos momentos, porqué no decirlo, miedo.
Las personas de mi generación
seguro que me entienden. Ya hemos vivido otras etapas políticas en las que,
quienes se creen con el derecho vitalicio a ostentar el poder, no se resignaban
a ver como eran desplazados por otras formas de pensar. Vivimos eso y vimos lo
que intentaron hacer por miedo a perder sus prebendas.
Ha habido días en que lo que se
leía en la prensa reaccionaria rayaba la ilegalidad. En los plenos del Debate
de Investidura ha habido faltas de respeto graves, por parte de los partidos de
la derecha, que me han recordado actuaciones recientes de los mismos en nuestro
propio ayuntamiento. Se ve que es la consigna de actuación, reventar en vez de
construir.
En política tanta importancia
tiene saber ganar como saber perder, pero la derecha no tiene buen perder. El
juego democrático lo lleva mal, situados en el lugar absoluto de tener la razón
verdadera, no son capaces de aceptar la razón del Otro.
Ahora, después de constituido el
nuevo gobierno, se abrirá una nueva y esperanzadora etapa en la que se puedan
llevar a cabo iniciativas más sociales, más ecológicas y feministas, con un
gobierno que dicte leyes que amparen a los que menos favorecidos, que
reivindique la verdadera memoria de nuestra historia, que den a la educación un
lugar prioritario.
Se que esto no va a ser fácil,
acostumbrados como estamos a gobiernos de mayorías que gobiernen sin debatir y
sin escuchar a los demás. Ahora hay que empezar a pensar la política de otra
forma. De la misma forma que desde hace ya algunos años se vienen formando
gobiernos en Europa, en la cercana Portugal sin ir más lejos.
Tengo que dar mi enhorabuena a
quienes han dejado su particular protagonismo y han entendido la necesidad
histórica que vivía nuestro país convirtiéndola en una oportunidad de hacer
políticas sociales, casi desaparecidas en nuestro panorama político. No todo
podrá cumplirse, pero espero que sea un avance cualitativo que se refleje en el
día a día de la gente.
El camino será duro y no serán
pocos los obstáculos que aparecerán desde los círculos empresariales,
bancarios, religiosos y demás poderes fácticos. Solo espero que, quienes van a
formar parte de este gobierno de coalición, sean capaces de crear un equipo
fuerte con el objetivo común de frenar las medidas neoliberales instaladas en
nuestra sociedad.
Dicen que las personas somos lo
que hacemos con lo que hicieron con nosotros. Ojalá el nuevo gobierno sea un
buen gobierno, capaz de hacer políticas justas con la confianza que se ha
depositado en ellos.
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