El pasado viernes, 24 de enero,
tuvo lugar en el Teatro Cine Velasco la IV edición de los Premios a la Cultura
del Esfuerzo, que en esta ocasión han premiado a 21 alumnos por su esfuerzo y
dedicación durante el curso 2018-2019. Estos alumnos, que cursaban los últimos
niveles de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos, habían sido
previamente seleccionados en sus centros educativos. En esta ocasión, no
solamente se han premiado los mejores expedientes académicos, sino también a
aquellos alumnos que han demostrado su afán de superación y un gran esfuerzo
personal.
Me parece muy acertado que, en
los tiempos que corren, en un acto público se reconozcan y premien la
dedicación, el trabajo bien hecho y el esfuerzo personal, por cuanto supone de
motivación para los galardonados y el resto de alumnado.
La novedad de esta edición ha
sido la inclusión de la figura del padrino de los premiados, eligiendo para
ello a una persona referente de los valores que se reconocen. El elegido ha
sido Ousman Umar, inmigrante ghanés que relato a los alumnos su dura
experiencia vital desde que salió de su país a los trece años hasta que llegó a
España con 17, después de atravesar el desierto, ser víctima de las mafias que
trafican con personas y ver como muchos de sus compañeros de viaje morían en el
intento.
En su intervención ante el
público asistente, Ousman relató cómo llegó a nuestro país completamente
analfabeto, sin conocer nuestro idioma ni nuestra cultura, y cómo consiguió,
después de ser acogido por una familia catalana, obtener el graduado escolar,
bachillerato y titulación universitaria, compatibilizando sus estudios con un
trabajo como mecánico.
Su afán de adquirir conocimientos
y de superación le han llevado a pensar que es una persona con mucha suerte,
pese a los avatares que ha sufrido a lo largo de su vida, y que esto tenía que
servir para algo. Con esta idea, creó una ONG que trabaja por educar a los
niños en su país para que no tengan que abandonarlo y puedan recibir la formación
y educación necesarias para favorecer su desarrollo personal, “alimentando su
mente”.
Sin duda, el padrino de estos
premios es todo un referente de valores tan importantes como: coraje, esfuerzo,
dedicación, fuerza de voluntad, lucha contra la adversidad, afán de superación,
generosidad, altruismo… Además, animó a los premiados a seguir esforzándose por
conseguir sus metas, sin olvidarse de aportar su granito de arena para conseguir
un mundo mejor.
Creo que en estos “tiempos
revueltos” algunos se sorprenderán de que un inmigrante ilegal, pobre y negro
sea un referente positivo para nuestros jóvenes. Es muy probable que en algún
centro educativo de nuestra Región el pin parental hubiese impedido a Ousman
explicar su experiencia vital y trasmitir los valores referidos al alumnado.
Después de ver el video publicado por un medio digital de nuestra localidad,
puedo afirmar que sería conveniente que se viese en todos los centros educativos
de nuestra Comunidad Autónoma.
Me quedo con algunas referencias
que hizo el padrino de estos premios a los chavales: “caminante no hay camino,
se hace camino al andar”; “querer es poder, el límite lo pones tú”; “tenéis que
ser el cambio que queréis ver en el mundo”. Como se puede comprobar, Machado y
Gandhi también estuvieron presentes en este acto.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes
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