Cuando llegan estas fechas los gobiernos suele hacer balance de su ejercicio anual. En el caso de Alhama coincide con el cambio del titular de la Alcaldía, tal y como pactaron PP y PSOE al inicio de esta legislatura. Un pacto consistente en la alternancia en la Alcaldía, reparto de Concejalías y asignación de sueldos, todo ello aderezado con un compromiso no escrito de no agresión.
Recientemente, en un diario regional apareció un artículo en el que los principales protagonistas, de lo que el periodista denomina “pacto hebreo”, se deshacen en elogios mutuos refiriéndose a la maravillosa relación entre dos partidos supuestamente antagónicos. En el mismo alardean de haber conseguido la estabilidad política en Alhama y la confianza de los inversores para seguir apostando por nuestro municipio. Asimismo se enorgullecen de la extraordinaria relación que les une y que ha evitado las tensiones de otras legislaturas. Esta inusual situación la autodefinen como “gran ejercicio de madurez democrática”, y no tienen reparo en considerarla exportable a otros municipios. En definitiva, pretenden convencer a los alhameños de que, gracias a su actuación, nos hemos librado del caos, como si los que votaron otras opciones políticas y sus representantes fuesen unos irresponsables.
En primer lugar, opino que este pacto no nace en Alhama sino en las cúpulas regionales de PP y PSOE, presionadas por los poderes económicos, principales interesados en que no peligrasen sus inversiones en el municipio. Con ello no se ha favorecido a la construcción, como se afirma en el referido artículo, sino a la economía especulativa, principal causante de la crisis económica que estamos viviendo. Tampoco se ha conseguido estabilidad para los trabajadores, no hay más que ver los datos del paro, la situación de estancamiento del Polígono Industrial y la conflictividad en la principal empresa local. Por otra parte, los grandes mecenas inmobiliarios, que venían a salvarnos, no han creado puestos de trabajo en nuestra localidad y las esperadas ventajas en la percepción de subvenciones de las administraciones Estatal y Regional no se han producido, más bien al contrario.
Además, considero que la “perfecta sintonía”, a la que tantas veces aluden, sólo existe de cara a la galería. Basta con tener los oídos abiertos para darse cuenta de que chirría estrepitosamente. En el último Pleno, sin ir más lejos, presencié una situación por la que sentí vergüenza ajena cuando, en el turno de ruegos y preguntas, el Alcalde “machacó” a una Concejala del PSOE por atreverse a achacar las dificultades de su gestión al Gobierno Regional del PP. Lo más triste ha sido comprobar que la Concejala tenía toda la razón, al referirse a la incompetencia de nuestra Comunidad en la aplicación de las asignaciones económicas contempladas en la Ley de Dependencia.
En cuanto a la supuesta madurez democrática, de la que hacen gala, brilla por su ausencia. No hay más que ver el desprecio y el ninguneo con el que se trata a los grupos de la oposición, que representan a un buen número de alhameños. La única madurez democrática la han demostrado los ciudadanos que se han visto en la necesidad de crear plataformas para defender los intereses vecinales.
Me he preocupado por saber en qué consiste lo del pacto a la hebrea, y he aprendido que se trata de un pacto entre Dios y el pueblo de Israel. Lo que no sé, en Alhama, quién es Dios y quiénes son los hebreos.
Recientemente, en un diario regional apareció un artículo en el que los principales protagonistas, de lo que el periodista denomina “pacto hebreo”, se deshacen en elogios mutuos refiriéndose a la maravillosa relación entre dos partidos supuestamente antagónicos. En el mismo alardean de haber conseguido la estabilidad política en Alhama y la confianza de los inversores para seguir apostando por nuestro municipio. Asimismo se enorgullecen de la extraordinaria relación que les une y que ha evitado las tensiones de otras legislaturas. Esta inusual situación la autodefinen como “gran ejercicio de madurez democrática”, y no tienen reparo en considerarla exportable a otros municipios. En definitiva, pretenden convencer a los alhameños de que, gracias a su actuación, nos hemos librado del caos, como si los que votaron otras opciones políticas y sus representantes fuesen unos irresponsables.
En primer lugar, opino que este pacto no nace en Alhama sino en las cúpulas regionales de PP y PSOE, presionadas por los poderes económicos, principales interesados en que no peligrasen sus inversiones en el municipio. Con ello no se ha favorecido a la construcción, como se afirma en el referido artículo, sino a la economía especulativa, principal causante de la crisis económica que estamos viviendo. Tampoco se ha conseguido estabilidad para los trabajadores, no hay más que ver los datos del paro, la situación de estancamiento del Polígono Industrial y la conflictividad en la principal empresa local. Por otra parte, los grandes mecenas inmobiliarios, que venían a salvarnos, no han creado puestos de trabajo en nuestra localidad y las esperadas ventajas en la percepción de subvenciones de las administraciones Estatal y Regional no se han producido, más bien al contrario.
Además, considero que la “perfecta sintonía”, a la que tantas veces aluden, sólo existe de cara a la galería. Basta con tener los oídos abiertos para darse cuenta de que chirría estrepitosamente. En el último Pleno, sin ir más lejos, presencié una situación por la que sentí vergüenza ajena cuando, en el turno de ruegos y preguntas, el Alcalde “machacó” a una Concejala del PSOE por atreverse a achacar las dificultades de su gestión al Gobierno Regional del PP. Lo más triste ha sido comprobar que la Concejala tenía toda la razón, al referirse a la incompetencia de nuestra Comunidad en la aplicación de las asignaciones económicas contempladas en la Ley de Dependencia.
En cuanto a la supuesta madurez democrática, de la que hacen gala, brilla por su ausencia. No hay más que ver el desprecio y el ninguneo con el que se trata a los grupos de la oposición, que representan a un buen número de alhameños. La única madurez democrática la han demostrado los ciudadanos que se han visto en la necesidad de crear plataformas para defender los intereses vecinales.
Me he preocupado por saber en qué consiste lo del pacto a la hebrea, y he aprendido que se trata de un pacto entre Dios y el pueblo de Israel. Lo que no sé, en Alhama, quién es Dios y quiénes son los hebreos.
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