artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local
La pasada semana apareció en los
medios de comunicación regionales una noticia referente a las denuncias
presentadas, tanto por la asociación ecologista ANSE como por un ciudadano particular, en relación con posibles
irregularidades cometidas por la cantera Fulsan en Carrascoy, dentro de nuestro término municipal.
Los denunciantes señalan que la
citada empresa ha abierto un nuevo frente de explotación dentro de la zona de
conservación compatible del Parque Regional de Carrascoy. Esto puede suponer,
después de las recientes sentencias que restablecen los límites del Parque a
los señalados en los años 85 y 92, un delito medioambiental. Por ello,
solicitan la paralización inmediata de las labores de extracción de áridos que
realiza la citada cantera.
Los inicios de extracción de
áridos (material granulado que se utiliza como materia prima en la
construcción) en esta zona de Carrascoy se remonta a los años 70, realizándose
a pequeña escala y con mínimo impacto ambiental. Sin embargo, a partir del año
92, con la construcción del tramo de Autovía Murcia-Puerto Lumbreras, se
incrementó notablemente el ritmo de la explotación, dando lugar a una amplia
erosión de la ladera suroeste de la Sierra y provocando un impacto visual cada
vez mayor, claramente apreciable a
varios kilómetros de distancia.
Durante estos años han sido
numerosas las denuncias presentadas por ecologistas y particulares, así como
las interpelaciones presentadas por Izquierda Unida en la Asamblea Regional al
respecto. Ninguna de ellas ha sido tenida en cuenta hasta la fecha. La más
sorprendente de las denuncias fue la presentada por el dueño de las tierras en
las que se iniciaron los trabajos, cuando se percató de que los arrendatarios
de sus terrenos habían sobrepasado los límites pactados. Curiosamente, fue resuelta por la Administración Regional
expropiándole terrenos a petición de la empresa que explota la cantera.
Creo que no debe haber ningún
alhameño que no se haya echado las manos a la cabeza viendo el desastre que están
haciendo en Carrascoy, y que no se haya preguntado cómo se puede permitir una
actuación de este calado durante más de 40 años, sin que aún se haya hecho nada
por frenar el avance desmedido de la explotación ni por regenerar el terreno
devastado.
Lamentablemente, tengo que
reconocer que ni las asociaciones ciudadanas ni las instituciones locales hemos
puesto todo lo que hay que poner para
evitar que esta agresión a Carrascoy continúe de forma incontrolada.
Seguramente, desde el Ayuntamiento “se han echado balones fuera” con la excusa
de que los terrenos son de propiedad privada y que las competencias al respecto
son de la Administración Regional, que en este asunto siempre ha estado de
parte de la empresa explotadora. Los ciudadanos, por nuestra parte, salvo
honrosas excepciones, no hemos sabido organizarnos para “hincarle el diente” a
este tema.
Aparentemente, según las
informaciones aparecidas, las últimas denuncias a las que he hecho referencia
al inicio este artículo han fructificado, dando lugar a la paralización de la cantera
de Fulsan en Alhama. Espero que esto suponga el respeto a los límites del
Parque Regional y la regeneración de la zona afectada, tanto por la erosión del
terreno como por la acumulación de inertes.
Creo que es necesario que, de una
vez por todas, se tramite definitivamente el Plan de Ordenación de Recursos
Naturales de Carrascoy, así como para el resto de los espacios protegidos de
nuestra Región.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Alhama
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