jueves, 26 de diciembre de 2013

NOSTALGIA DEL PASADO



Artículo de Damián Rubio publicado en Línea Local

A finales del pasado mes de noviembre el Gobierno Rajoy aprobó su anteproyecto de Ley de Seguridad, con el que se pretende blindar la política de recortes frente a las protestas ciudadanas. El Gobierno, a sabiendas de que la mayor parte de los ciudadanos estamos indignados ante el retroceso de nuestros derechos más elementales, pretende atarnos de pies y manos para que no haya contestación a sus desmanes.
Esta Ley forma parte de una estrategia de represión emprendida por el Partido Popular, que no está dispuesto a que las manifestaciones ciudadanas contra sus mentiras vuelvan a arrebatarle el poder como ya sucedió después del 11-M. En aquellas fechas, las urnas castigaron al PP por mentirnos sobre la autoría de un terrible atentado terrorista, y en la actualidad no quieren volver a ser penalizados por incumplir sus promesas electorales.
La nueva Ley, que se encuentra en su trámite parlamentario, pretende recortar nuestros derechos relacionados con la libertad de reunión y manifestación, como en los mejores años del franquismo, criminalizando las protestas y reforzando las actuaciones policiales represivas. De hecho, las partidas presupuestarias destinadas a este menester no han sufrido recortes sino todo lo contrario, han visto incrementada su dotación económica.
El Gobierno del PP ya ha declarado en numerosas ocasiones, y a través de distintos voceros, que el que se queda en casa y no se manifiesta forma parte de la “mayoría silenciosa” que respalda su política. Por tanto, a quienes tienen que controlar  es a  aquellos que salen a  las calles a protestar contra sus recortes y corrupciones o a defender a  desahuciados, pensionistas, parados, personas dependientes, trabajadores, etc.
La forma de conseguir su objetivo es la aplicación de sanciones y multas, impuestas por las propias fuerzas de seguridad, si las manifestaciones no están en consonancia con las directrices que marca el gobierno. Así, no se permitirá la utilización de elementos o indumentarias que dificulten la identificación de los manifestantes, ni se podrán grabar ni divulgar imágenes de las actuaciones policiales –garantizando con ello la impunidad de cualquiera de sus excesos-. Las sanciones por el incumplimiento de esta Ley podrían alcanzar, si la infracción se considera muy grave, hasta los 600.000 euros.
Creo que con esta ley sancionadora y represora, que únicamente pretende amordazar a los ciudadanos, el PP demuestra el fracaso de su política, con la que sólo ha conseguido aumentar las diferencias sociales y el “cabreo” de los que se sienten víctimas de sus atropellos. Su impotencia para solucionar con decisiones políticas las demandas de los ciudadanos les lleva a cercenar las libertades que tanto nos ha costado conseguir.
Las fuerzas de  seguridad, en un estado democrático, deben garantizar las libertades públicas, y la mejor manera de evitar la contestación social es haciendo políticas que creen una sociedad más justa y solidaria. Los gobernantes deben estar atentos a las demandas ciudadanas en lugar de reprimirlas.

Damián Rubio es Coordinador de IU-Verdes Alhama

No hay comentarios: