sábado, 5 de abril de 2014

MARCHAS DE LA DIGNIDAD


El pasado sábado 22 de marzo confluyeron en Madrid, con una gran manifestación, las Marchas de la Dignidad provenientes de distintos puntos de la geografía española. Con ellas los trabajadores y trabajadoras han querido mostrar su hartazgo con la política de recortes que está aplicando el gobierno del PP al dictado de la Troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea).
La manifestación de Madrid, que transcurrió de forma pacífica hasta  su finalización con la lectura de un manifiesto en la Plaza de Colón, fue una de las más multitudinarias que se han realizado en democracia, aglutinando, según los organizadores, a unos 2 millones de personas (50.000 si hacemos caso algunos medios de “desinformación”).
Las marchas a pie, que se iniciaron hace un par de semanas, han estado organizadas por numerosos colectivos sociales, que vienen sufriendo las consecuencias de la crisis y las medidas adoptadas para pagar la deuda contraída por los bancos y los gobiernos con sus excesos.
La consecuencia de las medidas impuestas por el Gobierno cada vez es más palpable: aumento de la riqueza de unos pocos a costa del sufrimiento y empobrecimiento de la mayoría. Todo ello mediante el recorte de derechos fundamentales como: salud, educación vivienda, servicios sociales, derechos laborales, transportes públicos, dependencia, etc.
Las situaciones dramáticas se suceden día tras día: familias con todos sus miembros en paro, personas que se ven obligadas a abandonar su vivienda y quedan en la calle sin ningún tipo de protección, interminables colas en las oficinas de empleo y en los comedores sociales, jóvenes que se ven obligados a emigrar en busca de trabajo, mayores dependientes que no tienen quien les atienda, aumento de la mendicidad, etc.
Con estas Marchas, miles de ciudadanos están reclamando que se sitúen los derechos de las personas por delante de las exigencias de los mercados, que no se pague la deuda, que no haya más recortes, que los gobiernos dejen de ser marionetas de la Troika y que se garanticen derechos tan básicos como: pan, trabajo y techo para todos.
El Gobierno y los poderes económicos han hecho todo lo posible por silenciar estas movilizaciones. Para ello la estrategia ha sido muy clara: ignorar desde el primer día las marchas que se habían iniciado en distintos puntos de España, criminalizar a los participantes para que obtuviesen el menor apoyo social posible, jugar con las cifras de participación situándolas en niveles ridículos, desviar la atención informativa a otros asuntos y como, guinda del pastel, convertir el triunfo de una de las manifestaciones más grandes de la historia en un problema de orden público, al dar cobertura únicamente a los altercados provocados cuando ya había finalizado la manifestación.
Si algo me ha quedado claro después de este 22 M, es que cada vez es más necesario buscar información alternativa a la que nos ofrecen los medios controlados por el poder político y económico.

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