El pasado lunes los dos partidos mayoritarios de los que actualmente
forman el arco parlamentario- esperemos que esta configuración se mantenga por
poco tiempo- firmaron un pacto para afianzar la unidad en la lucha contra el
terrorismo. Sus líderes, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, se reunieron en el
palacio de la Moncloa para llevar a cabo la firma del citado acuerdo.
El pacto contempla la modificación del Código Penal para tipificar como delito terrorista, además de
los atentados, algunas actuaciones,
tales como el desplazamiento al extranjero para incorporarse a una organización
terrorista o colaborar con ella, la captación y adiestramiento de terroristas,
el uso de las nuevas tecnologías con estos fines o la financiación de organizaciones
de esta índole.
La citada reforma del Código Penal contempla aplicar a los terroristas
la máxima pena privativa de libertad. Si tenemos en cuenta que el Senado ya
está tramitando la inclusión de la condena a prisión permanente revisable para
los casos de terrorismo, podríamos decir que lo que pretenden el Sr. Rajoy y su
aliado Sr. Pedro Sánchez es que se contemple en el Código Penal algo parecido a
la cadena perpetua
Todos los ciudadanos estamos de acuerdo en que el terrorismo es el
principal enemigo de la democracia y en que es imprescindible aunar fuerzas
para combatirlo, superando para ello las diferencias partidistas. Los recientes atentados acaecidos en Francia
han venido a recordarnos que el terrorismo es un problema internacional y que ningún
país está libre de sufrir sus devastadoras consecuencias.
Los demócratas consideramos que
para combatir la barbarie terrorista, los mejores instrumentos son la unidad de
las fuerzas políticas con representación parlamentaria, la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, la intervención de Jueces y Tribunales y la cooperación
internacional. Pero no podemos estar de
acuerdo en que sólo dos partidos, por muy mayoritarios que sean, se erijan en representantes
únicos del Estado para adoptar un acuerdo antiterrorista sin el consenso de los
demás grupos.
Creo que este pacto firmado el pasado
lunes entre PP y PSOE representa el
comienzo de un largo idilio entre estos dos partidos con el objetivo de
mantenerse en el poder “a toda costa”. Son conscientes de que los ciudadanos
estamos hartos de las políticas neoliberales y conservadoras que ambos partidos
vienen aplicando cuando están en el poder. También se han dado cuenta del
enorme apoyo social que tienen los verdaderos partidos de izquierdas y de que,
difícilmente, podrán ganar las próximas
elecciones con mayoría absoluta.
Esta claro que PP y PSOE “no se andarán por las ramas” cuando necesiten
aliarse para mantenerse en el poder. Un ejemplo clarísimo de esta falta de
escrúpulos ya lo vivimos en Alhama en la anterior legislatura, en la que
tuvimos dos alcaldes: uno del PP y otro del PS0E. ¿Por qué no habrían de
hacerlo a nivel nacional?
Parece ser que aún no se han dando cuenta de que los ciudadanos “no nos chupamos el dedo” y les pasaremos factura por esa política de
“compadreo”.
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