Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
El voto de los alhameños en las
pasadas elecciones ha dictaminado un cambio de rumbo en la política local. Ha
significado la derrota del PP después de haber permanecido en el gobierno
municipal durante cuatro legislaturas consecutivas, tres de ellas mediante
pactos alcanzados con otros grupos políticos (PIE, PSOE y CCD).
Los resultados, ya conocidos, han
supuesto un castigo a las políticas del Partido Popular en un buen número de
ayuntamientos de la Región. En Alhama, sobre un consistorio compuesto por 21
ediles, sólo han conseguido 7 concejales; el PSOE, ha obtenido 9; IU-Verdes, 3;
y Ciudadanos, 2.
En esta ocasión, la posibilidad
de pactos entre partidos de derechas para mantener al Partido Popular en el
gobierno local es inviable. Si las matemáticas no fallan, 7 más 2 siempre han
sido 9, y esto no suma la mayoría absoluta, sin la que el PP no sabe gobernar
en Alhama.
Las interpretaciones de los
resultados pueden ser diversas en función del punto de vista desde el que se
observen. Los propios candidatos a la alcaldía ya hicieron sus particulares
valoraciones en la noche electoral. Yo no voy a entrar en ello, me interesa más
interpretar el mensaje que los ciudadanos han querido transmitir con su voto.
En primer lugar, queda muy claro,
como ya he apuntado anteriormente, que los alhameños no quieren un gobierno de
derechas en los próximos cuatro años. El PP local ha pagado muy cara la conexión con Murcia y Madrid. Esta baza, que
otras veces han utilizado como elemento de “estabilidad y prosperidad” para
nuestro municipio, en esta ocasión ha sido un lastre debido a la corrupción
generalizada entre sus cargos regionales y nacionales, así como a los recortes
aplicados a los servicios públicos más básicos (sanidad, educación y
prestaciones sociales).
Por otra parte, los alhameños no
han otorgado apoyo suficiente a ningún partido para dominar absolutamente el
consistorio. Esto obliga al partido más votado, que ha sido el PSOE, a lograr
un pacto que le proporcione la mayoría durante la legislatura, o gobernar en
solitario buscando el consenso con las demás fuerzas políticas en los asuntos
que pasen por el Pleno.
Si hay algo que me queda claro es
que Alhama ha dado un giro hacia la izquierda. El PSOE debe recoger este
mensaje y llevar a cabo sus compromisos programáticos irrenunciables: reducir
el coste del Gobierno Municipal, invertir en educación, apostar por la máxima
transparencia, fomentar la participación ciudadana y remunicipalizar los servicios públicos.
No me cabe duda de que mientras
el PSOE siga el camino de la izquierda contará con el respaldo de IU-Verdes. De
igual manera, cuando se le cruce la lateralidad y no sepa donde tiene “la
zurda”, se encontrará con su oposición frontal.
Siempre les queda el recurso de
buscar otros compañeros de viaje, pero esto, posiblemente, muchos de los
votantes socialistas que les han dado su apoyo en los últimos comicios
municipales no lo entenderían.
Esperemos que nuestro futuro
alcalde no caiga en el error de “decir Diego, donde dijo digo”. Esto no es que
no lo entenderían los alhameños, sino que sería imperdonable.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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