Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea.
El Gobierno suele ofrecer mensualmente
datos oficiales sobre el paro. Sean cuales sean las cifras, siempre procura
ofrecer la versión más positiva, buscando la lectura que más favorezca sus
intereses y proporcione los mejores
titulares en los medios.
Como estamos cerca de un periodo
electoral, cualquier dato mínimamente positivo se ensalza al máximo y se
atribuye a la buena gestión realizada por el Ejecutivo. Se atreven a afirmar
que “los brotes verdes ahora son una realidad”, que “se ve la luz al final del
túnel”, que “estamos en el buen camino para salir de la crisis”, que “somos un
ejemplo para el resto de Europa” y otra serie de frases para enmarcar.
La realidad, analizando seriamente
la situación, nos muestra un panorama mucho más crudo: los trabajadores han
visto endurecidas sus condiciones laborales, el 96 % de los contratos son
temporales o a tiempo parcial, sigue aumentando la desprotección de las
personas desempleadas, se continúa “tirando” del Fondo de Reserva de la Seguridad
Social y aumentando las exigencias para la jubilación.
A nadie se le escapa que los
datos de junio, de los que tanto se enorgullece el Gobierno Rajoy, tienen un
claro componente estacional. Están vinculados al sector de la hostelería y a las
actividades turísticas de la temporada estival. Tampoco hay que obviar la inestable situación política de algunos países ribereños del Mediterráneo,
especialmente en la costa africana, que favorece el incremento de visitantes a
nuestro país.
Lo preocupante de esta situación
es que el empleo que se genera es muy inestable porque está vinculado a ramas
como la hostelería, el comercio o servicios auxiliares. Sin embargo, la
generación de empleo de las actividades industriales es prácticamente nula. Siguiendo
por este camino, la economía española no tiene un futuro muy halagüeño.
Hasta hace bien poco, la
condición de pobreza y la exclusión social estaban muy vinculadas a carencia de
un puesto de trabajo. Sin embargo, en la actualidad, con las condiciones
creadas por el Partido Popular, especialmente con su reforma laboral, un puesto
de trabajo no garantiza la salida de la pobreza por la continua reducción de
salarios, la precariedad de los contratos y la escasa protección social,
propiciada por los incesantes recortes.
Me parece indignante que cuando hay más de 4
millones de personas registradas como demandantes de empleo, y una estimación
de más de 5 millones y medio de parados, si nos atenemos a los datos de la
Encuesta de Población Activa (EPA), nos
quieran vender estos datos como positivos y como signo evidente de progreso.
Sin embargo, este ritmo de reducción de desempleo es tan lento que
necesitaríamos 6 años más para volver a las cifras previas a la crisis,
iniciada en 2007.
La realidad es muy tozuda, y los
que están todos los días en el “tajo” saben que lo que el PP llama creación de
empleo no es otra cosa que un reparto de la precariedad. En lugar de crear un
puesto de trabajo a jornada completa, se crean varios a tiempo parcial,
propiciando con ello la economía
sumergida y el deterioro de las condiciones laborales.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama.
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