sábado, 30 de enero de 2016

PREPARANDO LA FUMATA

Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
El pasado día 13 se constituyeron la Cortes Generales (Congreso y Senado) resultantes de las pasadas elecciones del 20 de diciembre. Fueron 350 los diputados que tomaron posesión de su escaño en el Congreso, y 266 senadores en la cámara territorial (208 elegidos a través de las urnas y 58 designados por los parlamentos regionales).
El nuevo Congreso tiene características diferentes a los anteriores, puesto que se ha reducido considerablemente la media de edad de los diputados a la vez que ha aumentado la titulación académica de los mismos. También han cambiado las formas, hay menos corbatas y más atuendos informales. A todo esto hay que añadir una mayor variedad de grupos políticos. Creo que, en definitiva, la nueva cámara legislativa representa la pluralidad de la sociedad española.
El Senado sigue siendo una cámara muy cuestionada por la ciudadanía, que no acaba de entender sus funciones y la percibe como innecesaria e inoperante. Popularmente se le denomina “cementerio de elefantes” porque a él van a parar, en buena medida, los “colocados” de los partidos. Realmente, sus funciones son las mismas del Congreso, pero prácticamente todas ellas están subordinadas al mismo. Su única atribución exclusiva es la capacidad de suspender la autonomía de aquellas comunidades que actúen fuera de la legalidad vigente, reflejada en la Constitución.
Las Cortes ya están oficialmente constituidas, pero existe una gran incertidumbre sobre la formación del nuevo gobierno, puesto que no hay ningún grupo para designar un presidente que lo conforme. Las cábalas se están haciendo desde la misma noche del escrutinio electoral y el “pactometro” echa humo, pero aún no hay “fumata blanca”. 
Rajoy  se considera ganador de las elecciones porque su partido ha sido el más votado, y piensa que debe ser el presidente con el apoyo de los grandes partidos que él llama constitucionalistas (PP, PSOE y C´s). Pedro Sánchez repite, por activa y por pasiva, que no facilitará un nuevo gobierno del PP, y se postula como el candidato de la izquierda. Albert Rivera está dispuesto a hacer de bisagra con quien se tercie, al no obtener un resultado electoral que permitiese un pacto de derechas. Pablo Iglesias, por su parte, no parece dispuesto a tenderle una alfombra al PSOE.
El gran capital y sus mercados tienen claro el mandato a España, y los principales líderes lo saben. Los ciudadanos intuimos que los “cuatros espadas” por los que apostaron los medios de comunicación en la campaña electoral, y que en última instancia consiguieron más apoyo en las urnas, van a “marear la perdiz” hasta el último momento. Se trata de llegar a una situación límite que  justifique cualquier decisión que se tome “por el bien general”.  Por supuesto, la misma estará en consonancia con lo que impongan los que mandan por encima de las urnas.
Un adelanto de lo que puede pasar -al margen del ruido mediático de las rastas, piojos, bicicletas, niño de Bescansa y “postureos” varios- ya se ha producido con el pacto entre PP, PSOE y C´s para nombrar a Patxi López (PSOE) presidente del Congreso y repartirse los cargos de la mesa de la citada cámara.
El fuego está encendido, la fumata aún no tiene un color definido, pero los trabajadores tenemos todas las papeletas para salir de nuevo chamuscados.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama

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