Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
El pasado domingo, 23 de octubre,
el PSOE celebró un Comité Federal en el que decidió apostar por la abstención
en el debate de investidura a Rajoy, para permitir que continúe gobernando. Con
ello se materializa una posición ya anunciada, y que se veía venir desde la
defenestración de Pedro Sánchez por parte de los barones socialistas.
El Partido Socialista sale de
este Comité Federal completamente roto y dividido. Si en los días precedentes
la división entre la gestora y las bases era más que evidente, los resultados
de la votación sobre la investidura de Rajoy -con 136 votos a favor y 96 en
contra- demuestran que entre los dirigentes del Partido tampoco hay un apoyo
rotundo a esta decisión.
Queda claro que los dirigentes
socialistas están divididos. La imagen que han dado ante sus afiliados y votantes es nefasta, puesto que finalmente
han optado por lo contrario de lo que habían decidido sus militantes y
prometido en las pasadas campañas electorales. El “no es no” se convertirá en “no, pero sí” mediante una
abstención.
La postura del PSOE no sólo ha
permitido un año en funciones de Rajoy, sino que además posibilita otros cuatro
años más para continuar su política de recortes, que seguirá enriqueciendo a
los que más tienen y empobreciendo a la mayoría de la sociedad.
Supongo que los dirigentes
socialistas que han apostado por esta vía piensan que es lo mejor para su
partido, ya que todas las encuestas les auguraban un fracaso estrepitoso en
unas terceras elecciones. Pero, sin duda, la fractura que han provocado en el
PSOE y el desencanto entre sus votantes, suponen una factura muy costosa y
difícilmente recuperable porque han perdido toda credibilidad.
Para el PP, una vez superado el
trance de la investidura, el camino tampoco será fácil. Seguirá envuelto en todos
los procesos por corrupción que tiene abiertos. Además, tendrá que gobernar en
minoría, con su socios de Ciudadanos marcándoles las distancias para no ser
devorados; con un PSOE al que no le queda otra que hacer oposición, si quiere
“salvar mínimamente los muebles”; con los partidos nacionalistas “encabr…” con
el nacionalismo español; y con Unidos Podemos como única referencia de la
mayoría social de este país.
A todo esto hay que añadir el
tremendo malestar de los ciudadanos, que vienen cargando a sus espaldas todo el
peso de la crisis desde hace ya más de 8 años, y que no están dispuestos a
seguir siendo los “paganos” a costa de pérdidas de derechos sociales y
laborales. Las organizaciones sindicales, por su parte, tienen que salir del
letargo en que se encuentran si no quieren desaparecer.
Volviendo al PSOE, creo que en la
próxima legislatura, una vez que ha sucumbido a la presión de los poderes
económicos hasta permitir gobernar a Rajoy, seguirá recibiendo todo tipo de
coacciones para que mantenga la abstención en los “supuestos asuntos de interés
nacional”.
No me extraña que la indignación
entre la militancia socialista, se traduzca en desbandada y ruptura de carnets.
De lo cual, como militante de izquierdas, en modo alguno me alegro, sino que,
por el contrario, me produce tristeza a la vez que ganas de seguir luchando.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama.
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