Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
Durante esta semana se ha hecho
público a través de distintos medios de comunicación, que diferentes colectivos
han manifestado al Ayuntamiento su disconformidad con la apertura de un salón
de juegos recreativos y de azar en las proximidades del IES Miguel Hernandez.
Mediante diferentes escritos los directores de centros educativos de Primaria y
Secundaria, así como la Asociación de Vecinos Paco Rabal, han solicitado que no
se autorice la puesta en marcha de este salón de juegos por su cercanía al Instituto y diversos
colegios.
Por su parte, el Gobierno Local
ha emitido una nota de prensa señalando que
carece de fundamentos jurídicos para poder denegar la autorización de
este tipo de actividades siempre que se cumpla la legislación. También, que trasladará
al Gobierno Regional una petición para que se tenga en cuenta la proximidad a
centros docentes, en la regulación de las autorizaciones de este tipo de
locales en el Reglamento de Máquinas
Recreativas y de azar de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Para
ello, llevará al Pleno Ordinario de Julio una propuesta de acuerdo en este
sentido.
Los locales de juegos se regulan
en nuestra Región mediante el Reglamento de Máquinas Recreativas y de azar de
la Comunidad Autónoma del año 2008, que incluye criterios de planificación, a
determinar por el Gobierno Regional, sobre el número máximo de locales y de
maquinas recreativas que se pueden autorizar, en función de la proximidad a
centros docentes, número de habitantes de la localidad donde se ubiquen, su
incidencia social, etc.
Las maquinas recreativas se
clasifican en Tipo A, que son de mero pasatiempo o recreo, y las de Tipo B, que
pueden conceder premios en metálico al jugador. A lo largo de los años, he
podido observar como paulatinamente se ha ido pasando de los juegos puramente
recreativos a las maquinas de apuestas, de los clásicos “pinball, comecocos y
juegos de marcianitos” a las “tragaperras”, que se han convertido en
imprescindibles en la mayoría de los bares.
Este tipo de máquinas se
consideran recreativas, y por tanto, elementos de diversión, entretenimiento y
pasatiempo. Sin embargo, en los últimos años diferentes estudios señalan un
aumento en las personas que necesitan atención por problemas relacionados con
los juegos de apuestas, derivando a menudo en un trastorno reconocido por la
Organización Mundial de la Salud. Lo que se conoce como ludopatía, una
enfermedad que afecta gravemente tanto al propio individuo como a su entorno
personal y familiar.
Considero muy razonable la
solicitud planteada por los colectivos mencionados al inicio de este artículo.
Es necesario que, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad Autónoma, adopten las medidas necesarias para
salvaguardar a los menores y minimizar los efectos negativos que pueden
ocasionar este tipo de juegos de apuestas.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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