sábado, 14 de octubre de 2017

NACIONALISMOS

Artículo de Damián Rubio publicado en InfoLínea
El pasado 1 de octubre se celebró el polémico referéndum convocado por los partidos políticos independentistas catalanes, a pesar de  estar al margen de la legalidad vigente. Durante las últimas semanas, a través de los medios de comunicación, nos han bombardeado con noticias referentes a este proceso, de manera tan insistente que apenas había cabida en los informativos y tertulias para cualquier otro tema de interés ciudadano.
Desde el Gobierno de España todos los esfuerzos se han centrado en demostrar la ilegalidad del referéndum y en arbitrar la manera de reprimir su celebración. En ningún momento se les ha pasado por la cabeza abrir cauces de diálogo que evitasen la confrontación. Se han limitado a buscar la foto con los llamados “partidos constitucionalistas”, pero sin hacerles mucho caso a los que sugerían una salida política.
Al Gobierno de la Generalitat, obcecado con la independencia, no le ha importado utilizar el Parlamento Catalán para promulgar una legalidad a medida de sus objetivos. Para ello, han organizado un simulacro de referéndum sin las más mínimas garantías democráticas, contra viento y marea, a sabiendas de que no contaban con una mayoría ciudadana suficiente para acometer una empresa de esta trascendencia. 
Los intereses ciudadanos no han sido tenidos en cuenta, ni por unos ni por otros. Tanto al Gobierno Español como Catalán les ha venido de perlas todo este desaguisado para desviar la atención y tapar sus vergüenzas. En ambos casos, los presidentes de los partidos gobernantes están acorralados por los casos de corrupción. Buscarse un enemigo fuera es la mejor forma de cerrar filas entre sus acólitos y ampliar la rentabilidad electoral, eso está en el manual de cualquier aprendiz de dictador.
En este teatro, cada uno ha representado el papel que le convenía y tenía más a la mano. Los gobernantes catalanes “han bordao” el papel de víctimas con la inestimable colaboración del Gobierno Rajoy, ansioso por hacer una demostración de fuerza y poderío, como únicos salvadores de los valores patrios. En cualquiera de los casos no había puntos intermedios: “estás conmigo o contra tu país”. Teniendo en cuenta sus corruptelas, no sabemos qué país querían salvar si Andorra o Suiza.
Desde mi punto de vista, como persona que ha vivido en Cataluña durante 23 años y con tres hijos catalanes, creo que aún no se les ha dado a los ciudadanos la oportunidad de decidir, con todas las garantías, sobre su futuro. Además, creo que se han cometido muchos errores por parte de todos, pero lo más inadmisible es que, en una democracia del siglo XXI, tengamos que ver personas apaleadas por intentar ejercer su derecho a voto, aunque no tenga validez la convocatoria.
Aún no se ha reconocido que España es un país plurinacional. Los gobiernos de turno han utilizado los nacionalismos en su propio beneficio para obtener mayorías en el Parlamento Español, en función de las necesidades de cada momento y sin importar cuál era la moneda de cambio. De esta manera, se ha alimentado el independentismo, hasta el punto que un solo diputado nacionalista puede determinar las mayorías, gracias al perverso sistema electoral español.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama

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