Artículo de Damián Rubio publicado en InfoLínea
Acabamos de cerrar el año 2017 y,
como de costumbre, manifestamos nuestros mejores propósitos para el año que se
inicia con las campanadas que anuncian el nuevo año. También, con cada una las
doce uvas de la suerte, esperamos que nuestros deseos se hagan realidad en los
próximos meses.
Mi primer deseo está relacionado con
las tristes noticias que han ocupado los últimos informativos. Son muchas las
ocasiones en las que en esta columna he manifestado mi rechazo a la violencia
en general y hacia las mujeres en particular. Nuestra sociedad tiene que ser
capaz de encontrar la manera de erradicar definitivamente esta lacra.
La igualdad entre personas tiene
que abarcar no sólo el ámbito social, familiar o doméstico, pasa también por
acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres que realizan un mismo
trabajo. No se puede tolerar que se mantengan falsas artimañas legales para
discriminar a través de distintos tipos de contratación y clasificación
profesional.
La creación de empleo digno y de
calidad es un reto ineludible para el próximo año. Las tasas de desempleo
juvenil en nuestro país son escandalosas, con casi un 17 % estamos en los
puestos de cabeza de los llamados países desarrollados.
Como en los cinco últimos años de
gobierno popular, la subida de las pensiones con sólo un 0,25 % es un insulto a
nuestros mayores. Si los sueldos de los funcionarios subieron un 1 %, la media de incremento salarial de los
trabajadores se sitúa en el 1,43 % y, por el contrario, la inflación ronda el 2
%, podemos concluir que los “paganos” de la crisis continuamos siendo los
mismos.
Como expresé recientemente en un
artículo, “el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, recogido
en el artículo 47, se sigue pisoteando a diario por el poder de la banca frente
al de las personas desahuciadas a las que, sin contemplaciones, se les “pone de
patitas en la calle” sin importar sus circunstancias sociales o personales.
Sin duda, es necesaria una
reforma de la Constitución para abordar no sólo nuestra configuración
territorial, la elección de la Jefatura del Estado, el papel del Senado, etc.
Es urgente colocar de nuevo los derechos de las personas delante de los
intereses de los poderes económicos.
Necesitamos que no haya una justicia
para ricos y otra para pobres, además, que ésta sea independiente del poder
político y económico. Quizás, de esta forma, podríamos empezar a atajar la
corrupción que tanto daño está haciendo a nuestra sociedad y a este país.
Nuestro
pueblo siempre se ha distinguido por ser un pueblo acogedor, que ahora tiene el
reto de albergar con respeto distintas culturas y tradiciones, construyendo una
Alhama para todos que afronte la interculturalidad como un hecho positivo.
La base de cualquier sociedad es
la educación, debemos preparar a nuestros hijos para la adquisición de hábitos
saludables, el cuidado del medio ambiente, la aceptación de la diversidad y
aprender a convivir rechazando la violencia.
Mi último deseo es que seamos
ciudadanos críticos, capaces del escapar del “aborregamiento general” al que
nos quieren someter desde “el poder”.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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