La legalidad ha sido siempre la forma más
adecuada de regularse que han tenido las sociedades. Cualquier estado
organizado cuenta con una ley que, aunque siempre está abierta a
interpretaciones, abarca todos los aspectos posibles, intentando procurar la
mejor convivencia para todos los habitantes del país.
Dos aspectos son de gran interés
en cuanto a las leyes: En primer lugar, está el hecho de que su desconocimiento
no exime de cumplirlas y, en segundo lugar, está esa eterna duda de si los
gobiernos hacen las leyes a raíz de sus experiencias o si por el contrario las
preparan en previsión de posibles hechos futuros. Yo soy partidario de la
primera opción, desde mi opinión, cuando en el código de Hammurabi podemos leer
“Ojo por ojo”, no lo hace por miedo a que en el futuro una agresión, una
afrenta, quede sin respuesta, sino que está sucediendo justo en ese momento, y
el Estado debe cumplir su papel y asegurar una legalidad y una justicia, para
no caer en la anarquía. Por otra parte, las leyes nos pueden parecer más justas
o menos pero nadie puede negar que sean el eje vertebrador de nuestra sociedad
y de cualquier otra.
Este orden humano que hemos
establecido en las sociedades debe estar presente más que nunca, a pesar de que
hay unos ciertos individuos que, con mayor o menor grado de conocimiento, están
dispuestos a dinamitarla en un momento crítico como el que vivimos en la
actualidad. El confinamiento derivado de la emergencia sanitaria del condenado
COVID-19 ha acabado sacando lo mejor de cada uno. Sé que llegado a este punto
más de un lector se habrá dicho para sí mismo, lo peor, y es justo aquí donde
quería llegar.
Todos sabemos que el aburrimiento es malo, y
si además se mezcla con miedo y en gran parte desconocimiento de lo que estamos
viviendo ya es un cóctel mortal. Pero nada de ello justificaría nunca dar
cobertura y amplificar una serie de mensajes que, lejos de ser verídicos, son
sospechosos de múltiples intenciones ocultas. Ya sea mejorar o desmejorar la
imagen del gobierno, la de las autoridades públicas, la de nuestras fuerzas de
seguridad, o mismamente la del médico de turno.
A todos nos han llegado whatsapp
asegurando que eran médicos, microbiólogos, expertos de vete tú a saber qué, e
incluso de “españoles medios”, sí, sí. Yo esta semana he llegado a recibir como
4 ó 5 audios o mensajes donde leía o escuchaba: “Hola, buenos días soy Fulanito
de Tal, y vengo a hablaros como español medio, como el currante trabajador, y
creo que hablo en nombre de todos cuando os digo bla bla bla…”. Joder… siendo
todos españoles medios no se ponen de acuerdo ni locos.
Por eso debemos seguir siempre
las fuentes de información fiable, aquellas que emanan de esas instituciones
públicas que siguen funcionando, y en las que podemos confiar, o podíamos antes
de este apocalipsis que se ha formado por las redes sociales. Todo esto, aunque
no lo parezca, tiene una unión directa con el mundo de las leyes y los
artículos que tanto nos gusta a quienes basamos nuestro discurso en la
legalidad y en el orden, y no en las historias de catedráticos y fantasmas,
concretamente en el artículo 561 del Código Penal, en el cual podemos leer
textualmente: “Quien afirme falsamente o simule una situación de peligro para
la comunidad o la producción de un siniestro a consecuencia del cual es
necesario prestar auxilio a otro […], asistencia o salvamento, será castigado
con la pena de prisión de tres meses y un día a un año o multa de tres a
dieciocho meses.”
Lo avisamos con tiempo por si
alguno de los lectores quiere hacer un alto en el disfrute del periódico y
borrar algún video o audio, abandonar la idea de compartir aquella foto de dudosa
procedencia o sencillamente recomendarle este artículo a esa persona que
comparte sin filtro, por 5 o 6 grupos a la vez, la misma información sin
contrastarla. Dicho todo esto, os deseo una feliz semana (dentro de las
posibilidades) y mi reconocimiento a todos los que tenéis que salir a trabajar
por exponeros así por los demás, y a los que os quedáis en casa por ser
prudentes y evitar que se siga propagando. Juntos podemos con todo esto y con
más, cuidaos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario