Por fin se ha inaugurado la autovía Alhama-Campo de Cartagena, después de que hayan pasado treinta meses desde la colocación de la primera piedra en el año 2005. No sabemos si tanto retraso en la ejecución de esta infraestructura se ha debido a la falta de presupuesto o a las deficiencias en algunos de los tramos del proyecto. Probablemente nunca lo sepamos. En cualquier caso, creo que tenemos que felicitarnos por disponer de esta nueva vía de comunicación, que no sólo ahorra tiempo a los usuarios de la misma sino que, lo más importante, éstos ganarán en seguridad. Con esta obra se le da una solución a los problemas que generaba el intenso tráfico de vehículos pesados entre la zona industrial de Cartagena y su enlace con la autovía del Mediterráneo, que ponía constantemente en riesgo la seguridad de los conductores y de los habitantes de las poblaciones por las que discurría la antigua carretera comarcal entre Alhama y Cartagena. Se había convertido toda ella en un auténtico punto negro.
A nadie se le escapa que, además de los ciudadanos de a pie, los grandes beneficiados de esta nueva infraestructura son los promotores de turismo residencial, que ven realizado su gran objetivo: unir las macro-urbanizaciones del Bajo Guadalentín con las del Campo de Cartagena. No es una casualidad que en ambos extremos de esta vía estén ubicados los principales proyectos de Polaris y que, en el punto intermedio, esté previsto construir el aeropuerto internacional de Corvera.
Los 35 Km de la RM-2, denominación de esta autovía, se presupuestaron inicialmente en 95.666.257 €, con un plazo de ejecución de 14 meses. Finalmente se han invertido 112.576.828 € y 30 meses. Es decir, cada uno de los 16 meses de retraso nos ha costado aproximadamente un millón de euros. A todo esto hay que añadir el coste de los enlaces que faltan por construir, tanto con la A-7 en Alhama como con la autovía Murcia-Cartagena en Torre Pacheco.
El pasado lunes, para la inauguración, no faltó la ya imprescindible carpa en la que se agasaja a los asistentes y se explican las magnificencias del proyecto. Repasando las noticias relacionadas con este evento y las fotos, tanto de la colocación de la primera piedra como de la reciente inauguración, he podido apreciar la presencia significativa de autoridades regionales y locales, entre las cuales aparece más de un imputado en casos de corrupción urbanística junto a nuestro Alcalde. Este es el caso del Sr. Morales, el Sr. Andreo y la Sra. Conesa, podríamos hablar de “amistades peligrosas” o “extraños compañeros de viaje”. El Sr. García Madrid no pudo asistir a la inauguración por razones obvias. Por otra parte, tampoco asistió el Presidente de la Comunidad Autónoma por razones que se desconocen.
Una vez que está construida la autovía, queda aún más patente la inutilidad de la tala de los 74 pinos centenarios de la antigua carretera de Cartagena, que estaban frente al polígono industrial. Es indignante que los dieciséis meses de retraso, y los dieciséis millones de euros de gastos añadidos al presupuesto inicial, no hayan servido para buscar un trazado alternativo que permitiera la supervivencia de esta emblemática arboleda.
A nadie se le escapa que, además de los ciudadanos de a pie, los grandes beneficiados de esta nueva infraestructura son los promotores de turismo residencial, que ven realizado su gran objetivo: unir las macro-urbanizaciones del Bajo Guadalentín con las del Campo de Cartagena. No es una casualidad que en ambos extremos de esta vía estén ubicados los principales proyectos de Polaris y que, en el punto intermedio, esté previsto construir el aeropuerto internacional de Corvera.
Los 35 Km de la RM-2, denominación de esta autovía, se presupuestaron inicialmente en 95.666.257 €, con un plazo de ejecución de 14 meses. Finalmente se han invertido 112.576.828 € y 30 meses. Es decir, cada uno de los 16 meses de retraso nos ha costado aproximadamente un millón de euros. A todo esto hay que añadir el coste de los enlaces que faltan por construir, tanto con la A-7 en Alhama como con la autovía Murcia-Cartagena en Torre Pacheco.
El pasado lunes, para la inauguración, no faltó la ya imprescindible carpa en la que se agasaja a los asistentes y se explican las magnificencias del proyecto. Repasando las noticias relacionadas con este evento y las fotos, tanto de la colocación de la primera piedra como de la reciente inauguración, he podido apreciar la presencia significativa de autoridades regionales y locales, entre las cuales aparece más de un imputado en casos de corrupción urbanística junto a nuestro Alcalde. Este es el caso del Sr. Morales, el Sr. Andreo y la Sra. Conesa, podríamos hablar de “amistades peligrosas” o “extraños compañeros de viaje”. El Sr. García Madrid no pudo asistir a la inauguración por razones obvias. Por otra parte, tampoco asistió el Presidente de la Comunidad Autónoma por razones que se desconocen.
Una vez que está construida la autovía, queda aún más patente la inutilidad de la tala de los 74 pinos centenarios de la antigua carretera de Cartagena, que estaban frente al polígono industrial. Es indignante que los dieciséis meses de retraso, y los dieciséis millones de euros de gastos añadidos al presupuesto inicial, no hayan servido para buscar un trazado alternativo que permitiera la supervivencia de esta emblemática arboleda.
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