martes, 14 de abril de 2009

DÍA DE LA REPÚBLICA

Artículo de Damián Rubio en Linea Local

El próximo 14 de abril se conmemora, como todos los años, el Día de la República. Se elige este día porque en esa misma fecha del año 1931 se proclamó la Segunda República Española. Esta celebración lleva implícito el reconocimiento de los logros democráticos conseguidos durante el corto periodo de su existencia, entre los cuales se pueden destacar la instauración del sufragio universal, que permitió por primera vez el voto de las mujeres en nuestro país, y la aprobación de la Constitución de 1931 que en muchos de sus aspectos, a mi juicio, aún no ha sido superada. Asuntos tan importantes como la instauración de una enseñanza primaria laica, obligatoria y gratuita aún están por conseguir en la sociedad española actual.
Las intentonas republicanas en nuestro país han durado, históricamente, muy poco tiempo. De hecho, la I República apenas se mantuvo durante 11 meses, hasta el golpe militar del General Pavía en enero de 1874. La II República, instaurada en 1931, se mantuvo hasta abril de 1939. El golpe militar del General Franco, en julio del 36, provocó una guerra civil que acabó de nuevo con las expectativas de mantener un gobierno republicano en España.
Los gobiernos republicanos en nuestro país han durado poco por tener el atrevimiento de cuestionar el poder de la iglesia y los privilegios de las clases acomodadas (nobleza, burguesía y militares). Resulta curioso que los golpes de estado que acabaron con las repúblicas se produjeran cuando en las mismas gobernaban partidos progresistas. Sin embargo, mientras los gobiernos eran conservadores los poderes fácticos siempre han permanecido tranquilos. Tengo la sensación de que a la derecha no le preocupa que la jefatura del estado sea monárquica o republicana, sino que el poder garantice sus privilegios.
Desde mi punto de vista, la república es una forma de gobierno más democrática que la monarquía, por muy constitucional que ésta sea. Permite a los ciudadanos elegir periódicamente al jefe del estado, mientras que el monarca hereda el cargo de su antecesor sin que sus súbditos intervengan en la designación. La monarquía me parece un sistema arcaico y retrógrado en los tiempos que corren.
Actualmente, los monárquicos alegan a favor de la institución que defienden el hecho de que ha garantizado una transición pacífica hacia la democracia, así como el papel fundamental del Rey para frenar las intentona golpista del 23 F. Creo que un presidente republicano hubiese actuado de igual manera porque esa es la obligación de un jefe de estado, que además ostenta el mando de las fuerzas armadas.
Ser presidente en una república tiene un desgaste político lógico, porque se asumen responsabilidades sobre las que el pueblo tiene derecho a pedir cuentas. El monarca ostenta un cargo casi diplomático, que le mantiene al margen de cualquier disputa política. De esa forma el desgaste es mínimo y sus apariciones en los medios de información son meramente protocolarias.
El próximo día 14 volveré a lucir sobre mi pecho la insignia republicana, no por desprecio a la actual bandera sino como expresión de un sentimiento que desde siempre albergo en mí.

No hay comentarios: