jueves, 19 de noviembre de 2009

EL CAMPO EN PIE DE GUERRA


El próximo sábado tendrá lugar en Madrid la manifestación, convocada por las organizaciones profesionales agrarias, para hacer pública la grave situación que vive el sector agrícola y ganadero en nuestro país. Este sector viene padeciendo desde hace años una profunda crisis como consecuencia de la falta de rentabilidad de las explotaciones agropecuarias. El origen de la situación está en la crisis del mercado, que ha dado lugar al hundimiento de los precios de los productos en origen y a unos costes de producción desorbitados.
El control que ejercen las grandes cadenas de distribución alimentaria ha impuesto unas condiciones insoportables a los productores, dando lugar a una disminución del 26% de la renta agraria en los últimos cinco años. Por otra parte, los costes de producción han aumentado el 34 % y se han perdido 124.000 empleos.
Los agricultores y ganaderos están acostumbrados a vivir en crisis permanente. Su trabajo siempre ha estado expuesto a los caprichos climatológicos, a la mayor o menor incidencia de las plagas o a las oscilaciones en la producción, repercutiendo estas circunstancias directamente en los precios. La regulación de los mismos venía dada por las leyes naturales del mercado: un exceso de producción suponía una bajada de precios, y la escasez de un determinado producto elevaba sustancialmente el precio del mismo. Los agricultores han subsistido gracias a su tenacidad, aplicando los avances tecnológicos y sacando al mercado nuevas variedades de productos.
En los últimos tiempos las grandes explotaciones agropecuarias están arrinconando a los pequeños y medianos agricultores, que están indefensos ante las nuevas leyes del mercado impuestas por los grandes oligopolios del sector alimentario. Por otra parte, se han producido constantes retrocesos en los apoyos desde la Política Agraria Común, procedente de la Unión Europea.
Creo que se hace necesario un gran impulso a la agricultura y ganadería, creando un nuevo modelo productivo basado en el cooperativismo y el apoyo a las explotaciones familiares agrarias si se quiere salir de la crisis. Es imprescindible lograr precios justos para los productos agrícolas, que permitan la rentabilidad de las explotaciones y reduzcan el margen de beneficios de las grandes cadenas comerciales. Me parece indignante la enorme diferencia de precios entre lo que cobra el agricultor por sus productos en origen y lo que pagamos los consumidores por los mismos en el supermercado.
A pesar de la situación de la agricultura en nuestra Región, este sector está siendo el colchón que amortigua los efectos devastadores de la crisis inmobiliaria provocada por el derrumbe del la construcción. De no ser porque el campo aún mantiene su peso específico dentro de la economía regional, la situación podría ser de hecatombe. Aunque la Ministra Espinosa declara que "a fecha de hoy, prácticamente todas las reivindicaciones están en marcha o se van a poner en marcha en pocos días", quiero aprovechar estas líneas para mostrar mi apoyo a los agricultores y ganaderos, e invitar a los alhameños a que respalden con su presencia la convocatoria de las organizaciones agrarias. De todos es sabido que los que mandan nunca entienden el motivo de las manifestaciones

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