sábado, 28 de noviembre de 2009

NO SALEN LAS CUENTAS

El pasado sábado tuve ocasión de asistir a la manifestación, en Madrid, promovida por las organizaciones agrarias en defensa del sector. La manifestación estuvo encabezada por una pancarta con el lema “El campo se arruina, exigimos soluciones”.
Como asistente a la misma pude constatar que fue una de las manifestaciones más multitudinarias que yo recuerdo. Entre los asistentes el comentario generalizado era en este sentido, a tenor de lo que estaban presenciando. Cuando, al día siguiente de la manifestación, eché un vistazo a los periódicos no daba crédito a lo que estaba leyendo. En este tipo de acontecimientos, en los que no se pasa por taquilla, suele ser habitual la guerra de cifras entre los organizadores y los destinarios a los que va dirigida la protesta. Lo que no es normal es que exista una disparidad en los datos tan abismal, en la que unos anuncian 200.000 y otros 12.000.
Yo no me entretuve en contar los participantes, pero sí puedo asegurar que, cuando la cabeza de la manifestación llegó la Plaza de Atocha, junto al que siempre será Ministerio de Agricultura, la cola de la misma aún estaba en el punto de partida en la Puerta de Alcalá. Haciendo “la cuenta de la vieja”, que de eso si entiendo, si hacemos una fila india de manifestantes, entre los puntos de partida y llegada que he comentado, me parece que sobrepasarían las 12.000 personas. Si tenemos en cuenta que tanto la Calle de Alcalá como el Paseo del Prado son vías de gran amplitud, y estaban a rebosar, me parece que alguien trata de “tomarnos el pelo”.
Según las organizaciones agrarias, desde nuestra Región se fletaron unos 200 autobuses, de los cuales de nuestra localidad partieron cuatro. Además, me consta que hubo alhameños y murcianos que se personaron en la manifestación por sus propios medios. Por tanto, creo que en Madrid estábamos 12.000 murcianos apoyando las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos. Puede ser que fuésemos a los que más se veían, y solo nos contaron a nosotros.
En lo que a la expedición alhameña respecta, de poco sirvió el esfuerzo de coordinación realizado por las organizaciones agrarias locales. A la llegada a la capital de España nos impidieron acceder al lugar previsto para incorporarnos a la manifestación, con lo cual, los cuatro autobuses se dispersaron, y tuvimos que andar un largo trecho para llegar al punto de partida. Pese a las continuas llamadas de móvil fue imposible, entre semejante multitud, constituir un grupo organizado de alhameños para ir todos juntos. La misma suerte nos deparó una vez finalizada la marcha, ya que tampoco los autobuses pudieron aparcar en el punto de encuentro, lo que supuso una dificultad añadida para reagruparnos a la hora del regreso a Alhama.
Me pareció indignante el ingente despliegue policial entorno al Ministerio, en contraste con la falta de efectivos destinados a facilitar el acceso, desarrollo y retorno de los participantes en la manifestación. El acto transcurrió con absoluta normalidad, sin el más mínimo incidente en todo el recorrido, que a mí me conste. Y así debió ser cuando nada dicen al respecto los medios de comunicación.
Al sector agropecuario, no les salen las cuentas de los manifestantes, ni de las tarifas eléctricas para riego ya implantadas, ni de la anunciada subida del precio del agua, y mucho menos, de lo que les pagan por sus productos.

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