El pasado día 19 tuvieron lugar en 50 ciudades españolas multitudinarias manifestaciones contra el llamado Pacto del Euro. La convocatoria fue realizada por el movimiento 15-M, y a ella se sumaron gran cantidad de ciudadanos indignados con la política actual. En Murcia, concretamente, fueron más de 10.000 las personas que salieron a la calle para protestar pacíficamente contra este atraco socioeconómico.
Este acuerdo internacional, impuesto por Angela Merkel, siguiendo las directrices del FMI (Fondo Monetario Internacional), BCE (Banco Central Europeo) y BM(Banco Mundial), será ratificado en Bruselas el próximo 27 de junio. Con él se pretende homogeneizar la política económica de los estados miembros de la Unión Europea según los intereses de la banca, es decir, de los denominados “mercados”.
Con el Pacto del Euro se pretende aplicar los recortes económicos y sociales, que ya estamos sufriendo los trabajadores españoles, a todos los de la Unión Europea. Las medidas concretas son las siguientes: fijación de los salarios del sector público, aumento de la jornada laboral, aumento de la edad de jubilación y congelación de las pensiones, disminución de los salarios, vinculándolos a la productividad de las empresas, abaratamiento del despido, flexibilización de convenios y contratos, rebaja de impuestos para los empresarios, aumento de los impuestos indirectos, etc. Para hacer efectivas estas medidas, “los mercados” están dispuestos a presionar a los gobiernos nacionales hasta el extremo de cambiar las leyes y la Constitución según a ellos les convenga.
En definitiva, la crisis económica provocada por las entidades financieras la tenemos que pagar los de siempre: los trabajadores. Después de observar como los gobiernos han inyectado dinero público a los bancos para sacarlos del atolladero en el que ellos mismos se metieron, tenemos que soportar una nueva vuelta de tuerca y prescindir de conquistas sociales que nos han costado muchos años de lucha.
El Pacto del Euro únicamente pretende beneficiar a los dueños del dinero. No contempla ninguna medida social que alivie la situación que estamos sufriendo los trabajadores: desempleo, contratos basura, inestabilidad laboral, dificultad para acceder a la vivienda, desahucios por impago de hipotecas, recortes en los servicios públicos, etc.
Pienso que son más que suficientes los motivos para que cada vez seamos más las personas indignadas. Creo, además, que las movilizaciones están haciendo pensar a nuestros políticos que han ganado en las urnas, pero han perdido la calle. Los ciudadanos están dispuestos a participar activamente en la política, no sólo depositando su voto cada cuatro años.
Los políticos de la nueva Corporación alhameña deben tomar buena nota de lo que está sucediendo. No deben cometer el error de gobernar de espaldas al pueblo, sino establecer cauces para la participación real de los ciudadanos. No pueden seguir jugando tan descaradamente con los votos emitidos en las urnas, como nos tienen acostumbrados con sus pactos. Además, deben tener en cuenta a los que no les han votado, que constituyen el verdadero partido mayoritario.
Este acuerdo internacional, impuesto por Angela Merkel, siguiendo las directrices del FMI (Fondo Monetario Internacional), BCE (Banco Central Europeo) y BM(Banco Mundial), será ratificado en Bruselas el próximo 27 de junio. Con él se pretende homogeneizar la política económica de los estados miembros de la Unión Europea según los intereses de la banca, es decir, de los denominados “mercados”.
Con el Pacto del Euro se pretende aplicar los recortes económicos y sociales, que ya estamos sufriendo los trabajadores españoles, a todos los de la Unión Europea. Las medidas concretas son las siguientes: fijación de los salarios del sector público, aumento de la jornada laboral, aumento de la edad de jubilación y congelación de las pensiones, disminución de los salarios, vinculándolos a la productividad de las empresas, abaratamiento del despido, flexibilización de convenios y contratos, rebaja de impuestos para los empresarios, aumento de los impuestos indirectos, etc. Para hacer efectivas estas medidas, “los mercados” están dispuestos a presionar a los gobiernos nacionales hasta el extremo de cambiar las leyes y la Constitución según a ellos les convenga.
En definitiva, la crisis económica provocada por las entidades financieras la tenemos que pagar los de siempre: los trabajadores. Después de observar como los gobiernos han inyectado dinero público a los bancos para sacarlos del atolladero en el que ellos mismos se metieron, tenemos que soportar una nueva vuelta de tuerca y prescindir de conquistas sociales que nos han costado muchos años de lucha.
El Pacto del Euro únicamente pretende beneficiar a los dueños del dinero. No contempla ninguna medida social que alivie la situación que estamos sufriendo los trabajadores: desempleo, contratos basura, inestabilidad laboral, dificultad para acceder a la vivienda, desahucios por impago de hipotecas, recortes en los servicios públicos, etc.
Pienso que son más que suficientes los motivos para que cada vez seamos más las personas indignadas. Creo, además, que las movilizaciones están haciendo pensar a nuestros políticos que han ganado en las urnas, pero han perdido la calle. Los ciudadanos están dispuestos a participar activamente en la política, no sólo depositando su voto cada cuatro años.
Los políticos de la nueva Corporación alhameña deben tomar buena nota de lo que está sucediendo. No deben cometer el error de gobernar de espaldas al pueblo, sino establecer cauces para la participación real de los ciudadanos. No pueden seguir jugando tan descaradamente con los votos emitidos en las urnas, como nos tienen acostumbrados con sus pactos. Además, deben tener en cuenta a los que no les han votado, que constituyen el verdadero partido mayoritario.
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