viernes, 18 de noviembre de 2011

EL BIPARTIDISMO FELINO



Este domingo, día 20 de noviembre, se celebrarán las Elecciones Generales para constituir las dos cámaras legislativas de nuestro país: Congreso y Senado. La crisis económica internacional ha forzado el adelanto de estos comicios que, en principio, estaban previstos para marzo de 2012.
No es la primera vez que en esta columna he manifestado que, actualmente, las decisiones políticas importantes no las toman los gobiernos nacionales sino los mercados financieros. En nuestro país, esta subordinación se ha traducido en un catálogo de recortes económicos, laborales y sociales, y en el adelanto de las elecciones.
En otros países europeos la sumisión del estado a los designios del capital ha llegado al extremo de aceptar la imposición de un jefe de gobierno acorde con sus intereses. Los ejemplos más palpables y recientes son los de Grecia e Italia, donde se ha pasado por encima de la ciudadanía, convirtiendo la democracia en una caricatura.
Todas las encuestas se centran, principalmente, en las diferencias que pueda haber entre los dos grandes partidos nacionales. A través de los medios de comunicación nos bombardean con la previsible mayoría absoluta de unos y la debacle de los otros. De esta forma, se ignora que en el panorama político español existen otras opciones que ofrecen alternativas al bipartidismo. En este punto, se me viene a la cabeza la famosa fábula de la “Tierra de Ratones”, en la que estos simpáticos roedores se empecinaban una y otra vez en elegir a sus gobernantes entre gatos negros o gatos blancos, sin darse cuenta de que un felino jamás va a defender los intereses de los ratones. Aquí, a los trabajadores se nos quiere convencer que nuestros derechos pueden ser defendidos por los acólitos del capital. Y lo peor del caso es que algunos compañeros lo creen ciegamente.
Esta campaña electoral se ha convertido en un gran espectáculo mediático, en el que el principal protagonismo ha sido acaparado por dos señores con barba. Uno se ha dedicado a explicar el “programa oculto” de su oponente, y a realizar promesas contrarias a lo que ha estado haciendo en los últimos ocho años; el otro barbudo, por su parte, como las encuestas le dan como ganador, no tiene nada que explicar y se ha dedicado a “verlas venir”.
Me pareció indignante toda la parafernalia que se montó en torno al único cara a cara entre las dos “estrellas” del firmamento político, para que luego obviasen temas tan importantes como la corrupción, la reforma de la Ley Electoral, la modificación “exprés” de la Constitución, el movimiento 15-M, la burbuja inmobiliaria, la financiación de los ayuntamientos o los desahucios, entre otros asuntos. Lo único que intentaron vendernos como trascendente, los “sesudos” tertulianos que analizaron el debate a posteriori, fue quién ganó y quién perdió la contienda, o qué tono de azul tenía cada una de las corbatas de los “gladiadores”. Realmente, nos tomaron el pelo y perdió la democracia.
Todos los esfuerzos del capital se dirigen a manipular, a través de los medios que controla, la opinión de los roedores para que únicamente vean a los gatos como alternativa. Al mundo financiero le da igual que el gato sea blanco, negro o “jaspeao”; lo que le interesa es que mantenga a raya a “los malditos roedores”.
Hasta que los trabajadores no tomemos conciencia de quién nos representa realmente, estaremos condenados a la explotación de los poderosos.

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