Desde hace bastante tiempo se viene hablando de la necesidad de construir un nuevo instituto que sustituya al vetusto Valle de Leiva. El citado centro educativo, después de haber sufrido varias modificaciones y ampliaciones en su construcción inicial, ha quedado un tanto obsoleto para cumplir sus funciones.
El anterior gobierno municipal del PPSOE planificó la construcción del nuevo instituto en la zona del Praíco, pese las innumerables voces que desaconsejaban esta ubicación por los consabidos problemas que ocasiona un terreno minado, que ha dado lugar a la aparición de grietas y hundimientos en las viviendas e instalaciones deportivas allí existentes. Para acallar a los críticos y convencer a los alhameños de que ésta era la mejor zona posible, se gastaron una buena cantidad de dinero en la presentación de un macro-proyecto virtual, sin que existiera un proyecto real para la ejecución de las obras.
El gobierno actual de PP-CCD, nada más iniciar la legislatura, desestimó la zona del Praíco y, de forma unilateral y arbitraria, decidió que la mejor zona para construir el nuevo Valle de Leiva es la urbanización Nueva Espuña. Para ello, ha cedido recientemente a la Consejería de Educación los terrenos en los que estaba previsto construir un balneario de aguas termales.
Si se construye el instituto Valle de Leiva en Nueva Espuña, se le sacaría de su zona educativa y supondría grandes inconvenientes para numerosas familias, cuyos hijos tendrían que desplazarse a diario de un extremo del pueblo al otro para recibir sus clases. Imaginen ustedes el trayecto que tendrán que recorrer los alumnos que viven en el entorno del colegio Ntra. Sra. del Rosario. Además, si el equipo de gobierno se sigue empeñando en esta ubicación, se concentrarán en la misma zona cinco de los ocho centros educativos que actualmente hay en Alhama.
Para pedir un poco de cordura a nuestros gobernantes, se ha creado en Alhama una Plataforma para la Ubicación Justa del nuevo IES Valle de Leiva. La misma propone alternativas para construir el nuevo centro en la misma zona educativa en la que se encuentra actualmente. Una de sus primeras actuaciones fue la manifestación realizada el domingo, 19 febrero.
Recogiendo las inquietudes y reivindicaciones de la Plataforma, los Grupos de la oposición (IU y PSOE) presentaron una moción el pasado 11 de marzo, que la Comisión de Gobierno se apresuró en rechazar sólo cuatro días después. Por tanto, no irá a Pleno y no habrá debate sobre la misma. De esta forma, los alhameños únicamente conocerán la postura del equipo de Gobierno en este asunto, sin saber que hay otras propuestas presentadas por una parte de sus representantes. Una vez más, estamos sufriendo las consecuencias del rodillo de las mayorías absolutas.
La participación ciudadana, de la que tanto hablaban PP y CCD en su campaña electoral, ha quedado únicamente sobre el papel, puesto que cuando los alhameños quieren intervenir activamente en la vida pública, todo son obstáculos. El rechazo de las voces críticas demuestra lo que estoy afirmando. Y, por si no queda claro, tengo otro ejemplo: para pedir la palabra en un Pleno hay que solicitarla por escrito, mediante instancia, con quince días de antelación, quedando a la arbitrariedad del primer edil si nos la concede o no.
El anterior gobierno municipal del PPSOE planificó la construcción del nuevo instituto en la zona del Praíco, pese las innumerables voces que desaconsejaban esta ubicación por los consabidos problemas que ocasiona un terreno minado, que ha dado lugar a la aparición de grietas y hundimientos en las viviendas e instalaciones deportivas allí existentes. Para acallar a los críticos y convencer a los alhameños de que ésta era la mejor zona posible, se gastaron una buena cantidad de dinero en la presentación de un macro-proyecto virtual, sin que existiera un proyecto real para la ejecución de las obras.
El gobierno actual de PP-CCD, nada más iniciar la legislatura, desestimó la zona del Praíco y, de forma unilateral y arbitraria, decidió que la mejor zona para construir el nuevo Valle de Leiva es la urbanización Nueva Espuña. Para ello, ha cedido recientemente a la Consejería de Educación los terrenos en los que estaba previsto construir un balneario de aguas termales.
Si se construye el instituto Valle de Leiva en Nueva Espuña, se le sacaría de su zona educativa y supondría grandes inconvenientes para numerosas familias, cuyos hijos tendrían que desplazarse a diario de un extremo del pueblo al otro para recibir sus clases. Imaginen ustedes el trayecto que tendrán que recorrer los alumnos que viven en el entorno del colegio Ntra. Sra. del Rosario. Además, si el equipo de gobierno se sigue empeñando en esta ubicación, se concentrarán en la misma zona cinco de los ocho centros educativos que actualmente hay en Alhama.
Para pedir un poco de cordura a nuestros gobernantes, se ha creado en Alhama una Plataforma para la Ubicación Justa del nuevo IES Valle de Leiva. La misma propone alternativas para construir el nuevo centro en la misma zona educativa en la que se encuentra actualmente. Una de sus primeras actuaciones fue la manifestación realizada el domingo, 19 febrero.
Recogiendo las inquietudes y reivindicaciones de la Plataforma, los Grupos de la oposición (IU y PSOE) presentaron una moción el pasado 11 de marzo, que la Comisión de Gobierno se apresuró en rechazar sólo cuatro días después. Por tanto, no irá a Pleno y no habrá debate sobre la misma. De esta forma, los alhameños únicamente conocerán la postura del equipo de Gobierno en este asunto, sin saber que hay otras propuestas presentadas por una parte de sus representantes. Una vez más, estamos sufriendo las consecuencias del rodillo de las mayorías absolutas.
La participación ciudadana, de la que tanto hablaban PP y CCD en su campaña electoral, ha quedado únicamente sobre el papel, puesto que cuando los alhameños quieren intervenir activamente en la vida pública, todo son obstáculos. El rechazo de las voces críticas demuestra lo que estoy afirmando. Y, por si no queda claro, tengo otro ejemplo: para pedir la palabra en un Pleno hay que solicitarla por escrito, mediante instancia, con quince días de antelación, quedando a la arbitrariedad del primer edil si nos la concede o no.
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