domingo, 10 de marzo de 2013

SE IMPONE LA PLUMA


El pasado sábado de piñata asistí junto con mi familia al desfile de carnaval de nuestro pueblo. Como es tradicional, este acto festivo en nuestra localidad se celebra en una fecha en la que ya han finalizado los carnavales del resto de la Región. Esta circunstancia propicia la participación de numerosas comparsas de las localidades vecinas.
Me dio la sensación de que este año la participación de grupos alhameños en el desfile ha sido inferior a otras ediciones. No sé si ha tenido algo que ver con las normas impuestas desde el Ayuntamiento para intentar restringir el consumo de bebidas alcohólicas durante el desfile, con la falta de motivación, con la acumulación de fiestas, o simplemente que “la cosa va a menos” entre nuestros paisanos. También pudo ser que a los alhameños, que iban en la cabecera del desfile, les hicieran desfilar tan rápido, que no nos dio tiempo a verlos. Pese a lo dicho anteriormente, la participación de comparsas foráneas hizo que tuviese que permanecer casi dos horas de plantón para presenciar todo el desfile.
No me entretuve en contar el número de grupos participantes. Parece ser que fueron más de una treintena, de los cuales los alhameños no representaban más de un tercio. Lo que sí pude comprobar es que la pluma aportada por los foráneos arrasó, protagonizando la mayor parte del desfile con sus espectaculares trajes y ensayadas coreografías. Seguramente, resultan más vistosas y llamativas, pero no tienen nada que ver con la idiosincrasia del carnaval alhameño, más anárquico a la vez que sarcástico y humorístico.
Creo que la Concejalía de Festejos, como organizadora del evento, cometió el error de centrar su esfuerzo organizativo en asegurarse la participación de las peñas foráneas, como forma de garantizarse la vistosidad del desfile. Sin embargo, no se empleó de la misma manera con los grupos alhameños,  a los que únicamente trasladó normas y prohibiciones. Además, tal y como me han manifestado muchos espectadores, el hecho de situarlos en la cabecera del desfile, como teloneros, sin orden ni concierto e imponiéndoles un ritmo acelerado para que “no estorbasen mucho”, demuestra  el poco interés de la Concejala por el lucimiento de los de aquí. Parece que nuestra edil de festejos apuesta definitivamente por la pluma y desprecia lo autóctono.
Tal y como se está planteando el nuevo desfile de carnaval en Alhama, vamos encaminados, tal y como ha ocurrido en localidades vecinas, a la sustitución de nuestras tradiciones por otras importadas, que no tienen ninguna originalidad y no forman parte de nuestra cultura. El año que viene no sé si habrá plumas para todos o tendremos que “desplumar a alguien” para poder participar en nuestro carnaval.

Hasta ahora, se nos había vendido que las comparsas de otras localidades complementaban nuestro desfile y servían de incentivo para la participación de los alhameños. Ya se sabe que es más fácil tirar de talonario que esforzarnos en promocionar lo propio. Pero, si nos pasamos de rosca fichando foráneos, corremos el riesgo de cargarnos la cantera.

En lo que a las “nuevas normas” se refiere, no voy a ser yo desde esta tribuna pública quien critique el intento de evitar la exhibición del consumo de alcohol durante el desfile. Es más, creo que las propias peñas, como amantes de la sana diversión, lo habrían aplaudido si se hubiese hecho más desde el consenso que desde la imposición. Desde luego, lo que es inadmisible es la permisividad con el consumo por parte de menores aprovechando cualquier acto festivo.   

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