Recientemente, en el salón de
plenos del Ayuntamiento, se presentó el proyecto de construcción de un centro
privado-concertado en Alhama. La mesa presidencial estuvo compuesta por nuestro
Alcalde, la concejala de Educación, el presidente de UCOMUR (Unión de
Cooperativas Murcianas), el presidente de la cooperativa que propone la
construcción del citado un centro y los
técnicos que lo han diseñado.
Durante el desarrollo de la presentación,
el Sr. Alcalde, como si de un principal interesado se tratase, expuso las
bonanzas del nuevo centro y de la enseñanza concertada, haciendo hincapié en la
gratuidad y en que su construcción
solucionará los problemas educativos de Alhama.
La historia viene de lejos. A lo
largo de los años han sido varias las intentonas de construir un colegio
privado en nuestra localidad, aprovechando siempre la necesidad de nuevas
instalaciones educativas. Si hasta ahora no se había conseguido, era porque no
existía “mercado” suficiente que hiciese viable un proyecto de este tipo, ya
que nuestras necesidades educativas estaban medianamente cubiertas por la
enseñanza pública.
Esta situación no es flor de un
día, ya que la Administración regional viene deteriorando de forma sistemática
la enseñanza pública desde hace mucho tiempo: retrasando el máximo posible la
construcción de infraestructuras educativas, recortando los presupuestos en
recursos materiales y humanos, aumentando el número de alumnos por aula, etc.
Este continuo ataque a la escuela pública nos ha llevado a tener aulas desdobladas en todos los centros, a la
masificación y a la supresión de
espacios para habilitarlos como aulas. Todo esto se ha traducido en una gran dificultad
de los padres para elegir el centro más cercano, la dispersión de alumnos de
una misma familia y el aumento de la picaresca para “colocar” a los hijos en el
centro deseado.
Los mismos que nos han creado el
problema por su mala administración, tanto en el gobierno local como en el
regional, ahora vienen a salvarnos cogidos de la mano de una empresa privada.
Además, sin rubor de ningún tipo, nos quieren
“vender la moto” como si de un logro se tratase, cuando en realidad es una
prueba de su fracaso como gestores de lo público.
A mí hay cosas que no me
“cuadran”. Si una empresa privada invierte su dinero en comprar unos terrenos y
construir un centro educativo, es para obtener beneficios, por mucho que nos
quieran vender la gratuidad. Necesito que alguien me explique por qué la Administración,
que cuenta con la ventaja de la gratuidad del terreno y tiene menos gastos en
tasas y permisos, no construye directamente el centro, si al final, a través
del concierto y con el dinero de todos,
terminaremos pagando las infraestructuras, el sueldo de los profesores y los
beneficios que obtendrá la empresa.
Que no
nos engañen, lo que en definitiva se pretende con la puesta en marcha de un
centro privado-concertado en Alhama es la segregación del alumnado. Una vez que
los padres tengan que pagar comedor, uniforme, actividades extraescolares, etc.,
se pensarán mucho si optan, o no, por llevar a sus hijos al citado centro. Si
además no se contrata a profesores para cubrir las necesidades educativas
especiales, la selección es perfecta. Lo más triste del caso es que esta
discriminación la sustentaremos con dinero público.
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