martes, 11 de junio de 2013

LOS NEFASTOS RODILLOS


La sociedad española está cansada y enrabietada como consecuencia de la larga crisis económica en la que el capital nos ha metido en los últimos años. Está cansada de corruptelas, desahucios, recortes sociales y laborales, privatizaciones, desempleo, etc.
Esta situación no se puede sostener durante mucho más tiempo. De hecho, ya hay movimientos sociales que plantean cambios sustanciales en la forma de hacer política. Los indignados del 15M proclaman abiertamente que los políticos, con su distanciamiento de los ciudadanos, ya “no nos representan”. Otro movimiento, como la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), reivindica la dación en pago para evitar que los desahuciados por el impago de su vivienda estén empeñados de por vida con la entidad bancaria que, con tanta “alegría”, les permitió “empuarse hasta los dientes”. Por otra parte, las Mareas Ciudadanas reivindican y defienden lo público ante el afán privatizador del gobierno Rajoy (PP).
Otro asunto que sigue sin resolverse, y que cada vez es más demandado socialmente, es la reforma de la Ley Electoral, para que después de los comicios el reparto de escaños sea más justo y proporcional, evitando así el bipartidismo PP-PSOE imperante desde los inicios de nuestra democracia. Me parece inconcebible que en nuestra Región, una comunidad autónoma uniprovincial, sin ir más lejos, en las últimas Elecciones Autonómicas, al PP le costase un diputado 11.000 votos, mientras que  Izquierda Unida necesitó 51.000 para conseguir su único representante.
Recientes estudios reflejan que el 82% de los españoles se muestra partidario de una reforma inminente de la Ley Electoral, que se haga efectiva en los próximos comicios, porque ésta sería la única forma de que los movimientos sociales accedieran a la participación en política, y que el voto útil, con el que tanto juegan los grandes partidos, sea el que refleje el verdadero sentir de los ciudadanos.
A los partidos hegemónicos de nuestro país les da verdadero pánico la participación ciudadana. Esto es así porque el bipartidismo les concede una serie de privilegios, para ellos irrenunciables: alternancia en el poder, aplicación del rodillo de las mayorías, control de los medios de comunicación, obtención del favor de los poderes económicos, interferencia en las decisiones judiciales, reparto de prebendas entre sus “amigos y allegados”, etc. Todo ello para que no peligre un sistema que les favorece, tanto a ellos como a los que realmente mandan, que son los poderes económicos.
Este sistema nos está elevando a las más altas cimas de la corrupción, de la que no se libran ni los cargos más representativos del Estado. Los ciudadanos cada vez estamos menos dispuestos “a sufrir en silencio” los disparates de nuestros gobernantes, y seguiremos reivindicando nuestros derechos aunque intenten criminalizarnos e identificarnos con terroristas, tal y como esta haciendo el PP con la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Todavía recuerdo el impresionante despliegue policial que vivimos en Alhama para recibir la Marcha de Parados del pasado mes de noviembre.
A pesar de los esfuerzos de PP y PSOE por evitar que la marea de la participación ciudadana les desborde, espero que lo que reflejan las encuestan sobre el ascenso de las opciones minoritarias se haga realidad en las próximas elecciones, y, de una vez por todas, se acaben los nefastos “rodillos”.

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