Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
El pasado fin de semana, como
todos los años por estas fechas, se celebraron los actos centrales de la Fiesta
de los Mayos: concurso de arroces, pasacalles, conciertos y “plantá” de mayos. El
programa, no obstante, es extensísimo, como siempre, ya que las actividades
incluidas en el mismo se iniciaron el 25 de abril y finalizarán el sábado 13 de junio.
Cada vez se han ido incorporando a los Mayos
más actividades que nada tienen que ver con esta tradición. A la colocación de
mayos en la calle, después de su recuperación en los años 80, se han ido
añadiendo, sin ningún criterio unificador, una serie de eventos de todo tipo (gastronómicos,
culturales, deportivos, lúdicos, etc.) para darles mayor realce.
Posiblemente el objetivo sea muy
loable, pero si lo que pretendemos es que esta fiesta tan original y genuina
tenga el reconocimiento que merece a nivel nacional, es el momento de
reflexionar y tener claro hacia dónde queremos que vaya. Me parece que si seguimos
engordando sin ton ni son el programa, acabaremos por convertir el origen de la
fiesta en una mera anécdota, y la misma en un festejo amorfo y sin
personalidad.
Cada año, desde que escribo en
esta columna, le vengo dedicando un artículo a los Mayos recogiendo el sentir de los alhameños sobre el
mismo. He podido constatar el paulatino descenso del número de mayos. Este año, concretamente, sólo se han
presentado 19, y sólo uno de ellos infantil. Sin embargo, hay que decir que el
pasacalles de corremayos cada año es más multitudinario.
Me parece evidente, que lo que va
en descenso es lo que implica trabajo y dedicación. Si queremos que la Fiesta
adquiera el reconocimiento que perseguimos, tendremos que incentivar la
elaboración de mayos sin que ello suponga un descenso en la masiva
participación de corremayos.
Considero que se viene haciendo
una buena labor cada año con el nombramiento del Corremayos Mayor. En la
exposición de mayos alusivos a cada una de las personas que han ostentado este
cargo, realizada en la Casa de la Cultura, pudimos constatar que todos ellos
son dignos merecedores del citado
reconocimiento por su aportación a la Fiesta. No obstante, convendría también
reconocer la labor que vienen realizando diversas asociaciones y vecinos de la
localidad confeccionando mayos de altísimo nivel con algo más que un premio.
Sin duda, es una buena idea
nombrar a personas con cierta relevancia social o cultural como embajadores de
nuestra Fiesta, pero sería recomendable que esas personas viniesen a nuestro
pueblo y los actos de promoción tuviesen lugar aquí, cuando no se trate de una
feria de turismo. No acabo de ver claro que nos gastemos el dinero en viajar a
Madrid o a Tarrasa para estos menesteres, ni la trascendencia promocional que
esto tiene.
Me preocupa que la Fiesta de los
Mayos se acabe convirtiendo en un macro-botellón promocionado desde las
instituciones públicas, desplazando a quienes se quieren divertir de una forma
sana con sus amigos o familiares.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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