Desde que el Trasvase Tajo-Segura
se construyó y puso en funcionamiento en los años setenta, siempre ha estado
rodeado de polémica entre sus defensores y detractores. En las últimas décadas,
con la elaboración y reforma del Plan Hidrológico Nacional (trasvase del Ebro
incluido), se ha pasado de la discrepancia y la polémica a una guerra abierta
por el agua entre los territorios afectados.
Ya empieza a ser costumbre que
cada vez que se inicia un proceso electoral entre en escena el tema “agua”. Los
protagonistas habituales suelen ser los gobernantes manchegos, murcianos y
valencianos de turno, sea cual sea su signo político.
El nuevo capítulo se ha iniciado
a finales de julio con las declaraciones del nuevo presidente de la Comunidad
de Castilla la Mancha, haciendo pública su oposición a una nueva transferencia
de caudales a nuestra Región. Como siempre, las posturas son encontradas: desde
Murcia se manifiesta la necesidad acuciante de agua, mientras que los
castellano-manchegos se oponen a los trasvases argumentando la escasez de la
misma en los embalses de cabecera. Cada cual interpreta a su modo acuerdos,
memorándum, planes hidrológicos y cualquier documento o informe relacionado con
el Trasvase Tajo-Segura.
Aunque el agua del Trasvase se
distribuye en distintas provincias y Comunidades, de las que Murcia representa
el 62 % de la superficie de regadío, siempre estamos en el ojo del huracán
cuando surge el conflicto del agua.
Los datos señalan que desde que
se puso en marcha el Trasvase en el año 1979 hasta ahora, los volúmenes de agua
transferidos a la Cuenca del Segura apenas superan el 50 % del máximo permitido.
Aún así, la repercusión en el sector agroalimentario mediante la creación de
empleo y su aportación al producto interior bruto (PIB) es muy importante,
especialmente desde nuestra Región.
A estas alturas, es innegable la
rentabilidad que los murcianos sacamos del agua que recibimos y de la cual se
beneficia todo el país. El INFO (Instituto de Fomento), en su informe del
pasado mes abril sobre el sector hortofrutícola de la Región de Murcia, nos sitúa
en primer lugar entre las provincias exportadoras, por delante de Almería,
Valencia, Castellón y Huelva. Las citadas exportaciones, con destino fundamentalmente
al mercado europeo, alcanzaron en 2014 un valor de 2.337 millones de euros.
Me parece lamentable y vergonzoso
el uso partidista que se viene haciendo del Trasvase Tajo-Segura, una
infraestructura imprescindible para el desarrollo económico de nuestra Región,
y también de nuestro país. Es una obra que está suficientemente amortizada y
cuya rentabilidad es incuestionable. Su defensa debería estar al margen de
intereses políticos, ya que se trata de un bien común.
Creo que el error más grave que
se ha cometido en la Región, con los gobiernos del Partido Popular, ha sido
utilizar a los agricultores para llevar pancartas y apostar por la economía del
ladrillo, descuidando, mientras tanto, la revalorización de nuestra principal riqueza
que es el sector agroalimentario.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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