lunes, 14 de junio de 2010

ENREDOS MUNICIPALES

Recientemente, a raíz de una pregunta formulada en el último pleno por UDeRM, sobre la situación laboral de una trabajadora de la Concejalía de Deportes, ha surgido en la política local un agrio debate sobre las circunstancias que rodean su contratación y despido. Para que el lector pueda opinar sobre este rocambolesco asunto, es preciso hacer una composición de lugar que le sitúe en los hechos.
Una vez construida la piscina cubierta, y coincidiendo con la primera legislatura del ex-alcalde Juan Romero, desde la Concejalía de Deportes se vio la necesidad de contratar una persona cualificada que pusiera en funcionamiento la citada instalación. El entonces Concejal de Deportes, Sr. Juan Cerón, contrató, bajo la modalidad de obra o servicio determinado, a una persona de su confianza para esta labor. Pronto se pudo comprobar que sus funciones no se limitaban solamente a la puesta en marcha de la piscina, sino que asumió la dirección de la Concejalía de Deportes. De esta manera, sobrepasaba, de facto, el objeto estipulado en su contrato. En mayo de 2007, antes de finalizar la anterior legislatura, se publicó la convocatoria para cubrir una plaza de educador físico, cuya oposición, a la que se presentó la trabajadora en cuestión, se celebró en 2008 con el nuevo concejal de deportes surgido del pacto PPSOE, Sr Basauri, quedando desierta dicha plaza al no aprobar ninguno de los opositores. Mientras tanto siguió vigente el contrato de obra y servicio mencionado, pese a la manifiesta incompatibilidad entre la trabajadora y el nuevo titular de Deportes. Éste, a solicitud de la Concejala de Personal, suscribió un informe que sirvió de base para extinguir el contrato, por considerar finalizado el objeto del mismo: la puesta en marcha de la piscina. Esta situación de enredo se complicó con la destitución del Sr. Basauri y la llegada de su compañero de partido Sr. Alfonso Fernando Cerón. El mismo consideró necesaria la continuidad del citado puesto de trabajo, en contra de la decisión de sus compañeros de Gobierno y de pacto del PSOE, que decidieron continuar con el proceso de finalización del contrato, aún reconociendo la improcedencia del mismo y asumiendo el pago de una indemnización de unos 20 mil euros. Si no estuviese por medio una persona que sufre las consecuencias de tanta incoherencia, podríamos considerar esta situación una autentica comedia de enredo, cuya entrada nos va a salir bastante cara a los alhameños.
Creo que todo esto se podía haber evitado si desde el principio se hubiesen hecho las cosas correctamente. Para empezar, si nuestro Ayuntamiento precisa una plaza de director deportivo en la Concejalía de Deportes, no es de recibo que se acceda a la misma por la “puerta de atrás”. Me parece que la falta de diligencia en la gestión, no sabemos si por descuido o interesadamente, ha llevado a nuestro Gobierno Municipal a una situación casi esperpéntica. Después de despedir e indemnizar a una trabajadora, se verá obligado a convocar una nueva oposición para cubrir la plaza, que podría ganar ella misma –con todo el derecho del mundo- ya que cuenta con la ventaja de una experiencia que otros opositores no tienen. Situaciones como esta llevan a cualquier ciudadano a cuestionarse cómo se accede a la función pública en nuestro Ayuntamiento.
Este asunto parece estar salpicado por todo tipo de intereses y luchas internas de partido en el PP: ex-concejales ahora en la UDeRM, concejales destituidos que se mantienen al acecho, delfines de futuras candidaturas, y un ex-alcalde omnipresente en todos los “fregaos”. Mientras tanto, el PSOE, a cuenta del pacto, se traga lo que le echen.

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