Hace apenas una semana comenzaron las obras de remodelación del Jardín de los Patos. Con esta actuación se pretende dar continuidad a las ya realizadas en el atrio de la Iglesia de San Lázaro y Calle de la Feria. El proyecto definitivo, consensuado con la plataforma ciudadana que se creó en oposición a la iniciativa del Gobierno Municipal, que pretendía acabar con la mayor parte de las señas de identidad de este espacio público, se ha retrasado más de un año en su ejecución. El nuevo diseño pretende mantener la estructura actual del jardín, realizando los arreglos necesarios para mejorar su accesibilidad y aspecto general.
Al levantar el suelo para sustituirlo por el nuevo pavimento, han aparecido, como era de esperar, elementos decorativos del jardín construido en los años cincuenta. Concretamente una medalla al mérito en el trabajo de época franquista, al pie de la fuente, y un ancla de grandes dimensiones en el centro del paseo. Las figuras están dibujadas en forma de mosaico con piedras sobre una base de cemento.
Creo que estos restos, sin valor artístico ninguno, van a suscitar cierta polémica porque representan una época de la historia de España que, aunque pueda parecerlo, aún no está superada. Todavía quedan nostálgicos franquistas que se resisten a la eliminación definitiva de la simbología del régimen dictatorial que sufrimos los españoles durante 40 años. Sus argumentos, a falta del valor artístico del hallazgo, se centran en valor sentimental y en que forman parte del reconocimiento a las autoridades que trajeron a Alhama el agua del Taibilla. Precisamente una de ellas es el Almirante Bastarreche, que ni con toda el agua que Alhama ha recibido del citado Canal en los últimos cincuenta años podría lavar sus crímenes en el bombardeo de las columnas de refugiados que huían de Málaga a Almería por la “carretera de la muerte”, o las numerosas sentencias de pena capital que firmó y ejecutó siendo comandante general de los departamentos marítimos de Cádiz y Cartagena.
El 26 de diciembre de 2007, el Congreso de los Diputados aprobó la conocida Ley de Memoria Histórica, que en su artículo 15.1 dispone que “las Administraciones públicas, en ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de la exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.
Con los primeros ayuntamientos democráticos, en Alhama se eliminaron de nuestras calles la mayor parte de los vestigios franquistas, sin necesidad de que nos lo impusiese una ley. En la actualidad persisten en nuestro pueblo símbolos y nombres de calles que deberían ser retirados, en aplicación de la Ley de memoria Histórica y por sentido común. Me estoy refiriendo a calles como Federico Servet (jefe provincial de la Falange), López Pinto (General golpista que participó en la sublevación militar del 18 de julio del 36), o la avenida que homenajea al mencionado Almirante Bastarreche, que además tiene un busto en el Jardín de los Patos, recolocado en bronce unos meses antes de que entrase en vigor la Ley a la que nos estamos refiriendo.
La medalla aparecida al pie de la fuente de los caballitos de mar es un símbolo franquista en su totalidad, por tanto no puede permanecer expuesta en un espacio público. Por otra parte, el busto del Almirante lleva ya 3 años burlando la Ley. Conviene que en Alhama, de una vez por todas, nos dejemos de nostalgias dictatoriales y seamos realmente demócratas.
El agua no puede ser utilizada para lavarnos el cerebro, ni con el “Agua para Todos” ni con el Agua del Taibilla.
Creo que estos restos, sin valor artístico ninguno, van a suscitar cierta polémica porque representan una época de la historia de España que, aunque pueda parecerlo, aún no está superada. Todavía quedan nostálgicos franquistas que se resisten a la eliminación definitiva de la simbología del régimen dictatorial que sufrimos los españoles durante 40 años. Sus argumentos, a falta del valor artístico del hallazgo, se centran en valor sentimental y en que forman parte del reconocimiento a las autoridades que trajeron a Alhama el agua del Taibilla. Precisamente una de ellas es el Almirante Bastarreche, que ni con toda el agua que Alhama ha recibido del citado Canal en los últimos cincuenta años podría lavar sus crímenes en el bombardeo de las columnas de refugiados que huían de Málaga a Almería por la “carretera de la muerte”, o las numerosas sentencias de pena capital que firmó y ejecutó siendo comandante general de los departamentos marítimos de Cádiz y Cartagena.
El 26 de diciembre de 2007, el Congreso de los Diputados aprobó la conocida Ley de Memoria Histórica, que en su artículo 15.1 dispone que “las Administraciones públicas, en ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de la exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.
Con los primeros ayuntamientos democráticos, en Alhama se eliminaron de nuestras calles la mayor parte de los vestigios franquistas, sin necesidad de que nos lo impusiese una ley. En la actualidad persisten en nuestro pueblo símbolos y nombres de calles que deberían ser retirados, en aplicación de la Ley de memoria Histórica y por sentido común. Me estoy refiriendo a calles como Federico Servet (jefe provincial de la Falange), López Pinto (General golpista que participó en la sublevación militar del 18 de julio del 36), o la avenida que homenajea al mencionado Almirante Bastarreche, que además tiene un busto en el Jardín de los Patos, recolocado en bronce unos meses antes de que entrase en vigor la Ley a la que nos estamos refiriendo.
La medalla aparecida al pie de la fuente de los caballitos de mar es un símbolo franquista en su totalidad, por tanto no puede permanecer expuesta en un espacio público. Por otra parte, el busto del Almirante lleva ya 3 años burlando la Ley. Conviene que en Alhama, de una vez por todas, nos dejemos de nostalgias dictatoriales y seamos realmente demócratas.
El agua no puede ser utilizada para lavarnos el cerebro, ni con el “Agua para Todos” ni con el Agua del Taibilla.
2 comentarios:
Al menos Bastarreche tuvo el detalle de traer el agua del Taibilla a Alhama de Murcia, y gracias a este hecho nuestro campo se salvó (y con él las familias trabajadoras). Al menos, sería de justicia reconocérselo.
Estimado Roberto, el canal del Taibilla se inició con anterioridad a la Guerra Civil,y continuo durante la misma. En todo caso Bastarreche formó parte del golpe militar que impidió que se terminasen las obras mucho antes.
En cuanto a las personas que salvó, no se si conoces su actuación al frente del crucero Canarias bombardeando a la población civil que huía de Malaga hacia Almería, o las numerosas penas de muerte que firmó y ejecutó en Cartagena durante la represión franquista.
Te adjunto algunos fragmentos de actas del Ayuntamiento de Alhama.
Sobre el episodio de la conocida como carretera de la muerte, tu mismo te puedes informaren paginas como esta:http://www.caum.es/CARPETAS/
cuadernos/cuadernospdf/libro3/malaga.pdf
Sesión ordinaria de 22 de marzo de 1934:
-Se acuerda nombrar vocal de este ayuntamiento en la Mancomunidad de los canales del Taibilla a D. Lázaro García Díaz (alcalde), y suplente del mismo a D. Sebastián Muñoz Redondo (primer teniente de alcalde).
Sesión ordinaria de 3 de mayo de 1934:
-Por el Sr. Alcalde se expone que el viaje que el y el concejal Soler Tomás han hecho a Madrid en cumplimiento del acuerdo de este ayuntamiento de 2 de abril, acompañando al pleno de la Mancomunidad de los canales del Taibilla, en general la visita a sido satisfactoria, se ha interesado la intensificación de las obras para su pronta terminación , realización del Plan General y que la Mancomunidad conserve la independencia que hasta ahora disfruta. Las peticiones hechas a los poderes públicos has sido bien recibidas. El gasto total del viaje son 300 pts. Se aprueba dicha gestión.
Sesión extraordinaria de 10 de febrero de 1937:
-Se da lectura a la comunicación de la Mancomunidad de los canales del Taibilla de 29 del pasado, a fin de que por esta corporación se designe de entre sus componentes, los vocales propietarios y suplente que han de representar a este municipio acerca de la dicha Mancomunidad. Ateniéndose a la ……… comunicación y a las disposiciones concernientes al caso, se acuerda ordenar nombrar con dicho objeto, vocal propietario a Ginés Campos Gómez y vocal suplente a José López Albacete, ambos concejales de este ayuntamiento, que se certifique de este acuerdo y comunique a la entidad oficiante
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