El actual Gobierno Municipal ya lleva más de cinco meses “ejerciendo el mando”. Durante los primeros cien días había quienes les otorgaban el beneficio de la duda, por eso de que eran nuevos en el cargo, de la inexperiencia, de que aún no habían tomado las riendas de las distintas concejalías, etc. Una vez pasado ese periodo de gracia, ya estamos en condiciones de apreciar cual es su verdadero estilo, que no es otro que el empleado por los sectores más duros de la derecha de toda la vida.
Algunos alhameños pensaban que, por el hecho de pertenecer a las Nuevas Generaciones (NNGG) o autodenominarse los “cachorros”, iban a representar una derecha más amable, que actuaría de una forma más dialogante y participativa. Sin embargo, ya han mostrado en múltiples actuaciones su verdadera cara. Los primeros indicios los vimos en el Pleno en el que se constituyó la Corporación Municipal, en el que dieron claras muestras de lo que entendían por toma de posesión: mantener las puertas del Ayuntamiento cerradas para los alhameños hasta que sus familiares y allegados se acomodaran en el salón de plenos, ocupando prácticamente todos los asientos, mientras que el resto de ciudadanos tuvieron que seguir el desarrollo de la sesión de pie o en la calle.
Después han venido otras múltiples actuaciones que vienen a corroborar lo anteriormente referido. El muestrario es muy amplio y abarca desde el descrédito a sus compañeros del anterior equipo de gobierno, incluidos sus camaradas de partido, cuya gestión no tienen ningún reparo en descalificar, hasta el ninguneo de los concejales de la oposición, o su negativa a la participación ciudadana, demostrando verdadero pánico por el ejercicio de la misma.
El ninguneo de este Gobierno hacia los concejales de la oposición se ejerce en todos los ámbitos: ausencia de cualquiera de sus actividades en la página web municipal, desinformación de los actos protocolarios, obstáculos para admitir mociones y propuestas, recorte de medios, etc. Su concepto de participación ciudadana ya es conocido: votar cada cuatro años. Lo importante es mandar y mantener los privilegios, el cómo se consigue es “accesorio”.
Como habitual asistente a los Plenos, ya tengo asumido que forma parte del “programa” el rifirrafe entre el super-concejal Cánovas, alentado por el actual primer edil, contra el ex-alcalde Sr. Espadas, en el que le achacan todos los males de la actual situación municipal, obviando que en la anterior corporación formaban parte del mismo equipo de gobierno PP y PSOE. No sé qué deparará el destino al Sr. Espadas, pero el Purgatorio debe ser algo parecido a lo que le está pasando.
También he observado la “habilidad” que tiene nuestro Alcalde para malmeter y enredar en cualquier asunto que se esté debatiendo en el que se considere aludido. En este menester está demostrando ser un alumno muy aventajado de su antecesor, Sr. Romero, al que está dejando en mantillas. Conociéndolo, como lo conozco, no dudo que en su feliz retiro se esté repitiendo el famoso refrán: “otro vendrá que bueno me hará”.
Pronto veremos como las promesas electorales se disuelven como azucarillos y empiezan a tocarnos los bolsillos con los nuevos impuestos, tasas y precios públicos. Los cachorros ya muestran sus dientes y pegan zarpazos para regocijo de algunos papás.
Algunos alhameños pensaban que, por el hecho de pertenecer a las Nuevas Generaciones (NNGG) o autodenominarse los “cachorros”, iban a representar una derecha más amable, que actuaría de una forma más dialogante y participativa. Sin embargo, ya han mostrado en múltiples actuaciones su verdadera cara. Los primeros indicios los vimos en el Pleno en el que se constituyó la Corporación Municipal, en el que dieron claras muestras de lo que entendían por toma de posesión: mantener las puertas del Ayuntamiento cerradas para los alhameños hasta que sus familiares y allegados se acomodaran en el salón de plenos, ocupando prácticamente todos los asientos, mientras que el resto de ciudadanos tuvieron que seguir el desarrollo de la sesión de pie o en la calle.
Después han venido otras múltiples actuaciones que vienen a corroborar lo anteriormente referido. El muestrario es muy amplio y abarca desde el descrédito a sus compañeros del anterior equipo de gobierno, incluidos sus camaradas de partido, cuya gestión no tienen ningún reparo en descalificar, hasta el ninguneo de los concejales de la oposición, o su negativa a la participación ciudadana, demostrando verdadero pánico por el ejercicio de la misma.
El ninguneo de este Gobierno hacia los concejales de la oposición se ejerce en todos los ámbitos: ausencia de cualquiera de sus actividades en la página web municipal, desinformación de los actos protocolarios, obstáculos para admitir mociones y propuestas, recorte de medios, etc. Su concepto de participación ciudadana ya es conocido: votar cada cuatro años. Lo importante es mandar y mantener los privilegios, el cómo se consigue es “accesorio”.
Como habitual asistente a los Plenos, ya tengo asumido que forma parte del “programa” el rifirrafe entre el super-concejal Cánovas, alentado por el actual primer edil, contra el ex-alcalde Sr. Espadas, en el que le achacan todos los males de la actual situación municipal, obviando que en la anterior corporación formaban parte del mismo equipo de gobierno PP y PSOE. No sé qué deparará el destino al Sr. Espadas, pero el Purgatorio debe ser algo parecido a lo que le está pasando.
También he observado la “habilidad” que tiene nuestro Alcalde para malmeter y enredar en cualquier asunto que se esté debatiendo en el que se considere aludido. En este menester está demostrando ser un alumno muy aventajado de su antecesor, Sr. Romero, al que está dejando en mantillas. Conociéndolo, como lo conozco, no dudo que en su feliz retiro se esté repitiendo el famoso refrán: “otro vendrá que bueno me hará”.
Pronto veremos como las promesas electorales se disuelven como azucarillos y empiezan a tocarnos los bolsillos con los nuevos impuestos, tasas y precios públicos. Los cachorros ya muestran sus dientes y pegan zarpazos para regocijo de algunos papás.
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