El día 8 de marzo mujeres y hombres que trabajan por las causas de las mujeres conmemoran en todo el mundo los esfuerzos que éstas han realizado por alcanzar la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Más allá de fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, las mujeres de los cinco continentes organizan diversos eventos para festejar este día
Estamos habituadas a considerar el 8 de marzo como un día festivo de reivindicación que muchas veces acaba en una cena con las amigas sin maridos y compañeros. Parece que no tengamos memoria o puede que muchas de nosotras no conozcamos el camino que ha conducido a que el 8 de marzo se convierta en el día de la mujer trabajadora y sobretodo de cómo se ha llegado a hablar de emancipación femenina.
El camino mediante el cual hemos ido dejado atrás el concepto de mujer de la época de Aristóteles que definía a la mujer como “un ser sin alma cuyo mejor adorno es el silencio”
La mujer ha sido considerada tradicionalmente como un sector atrasado de la sociedad, Este carácter "atrasado" no es innato a la mujer, como nos han querido hacer creer. En su conjunto, el sexo femenino sufre doblemente: de una parte sufre bajo la dependencia social de los hombres y de otra parte, mediante la dependencia económica en que se hallan las mujeres en general, y las mujeres trabajadoras en particular .
Es difícil reconstruir la historia en lo que concierne a las mujeres pero esta nos ha demostrado que en los períodos conflictivos, las mujeres han estado siempre en primera línea, y en muchos casos han jugado un papel decisivo.
En la Revolución Francesa de 1789 las mujeres del Tercer Estado estuvieron en todos los acontecimientos importantes, reivindicando el derecho al trabajo, luchando contra la carestía de la vida; las mujeres de los suburbios de París participaron activamente en la toma de la Bastilla o en la Marcha sobre Versalles.
En la Comuna de París en 1871 estuvieron en las barricadas junto al resto de los trabajadores.
Lo mismo ocurrió durante todo el proceso que culminó con la Revolución Rusa de 1917.
De la misma manera vimos este carácter combativo de la mujer en los acontecimientos que se desarrollaron durante los años 30 en el Estado español.
A principios del siglo XIX las mujeres no podían votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos.
En 1930 la población activa femenina era del 24% sobre el total. El 80% de estas mujeres eran solteras y viudas. Cuando el marido moría la mujer se veía obligada a trabajar para sacar adelante a sus familias, porque no existía ningún tipo de pensión de viudedad. Por otra parte las mujeres casadas se encontraban con más dificultades: había leyes que dificultaban su acceso al trabajo, necesitaban tener permiso del marido para poder trabajar, no podían disponer libremente de su salario, y si el marido se oponía a que la mujer cobrase el salario, lo podía cobrar él directamente, e incluso si se separaban judicialmente el marido seguía teniendo el derecho a cobrar el salario de la mujer.
Con la llegada de la II República y en la Constitución de 1931 se reconoció el derecho al voto de la mujer y el derecho a ser elegidas para cualquier cargo público. En 1932 se aprueban la Ley de Matrimonio Civil y la Ley del Divorcio, en ese momento la más progresista de Europa, ya que reconocía el divorcio por mutuo acuerdo y el derecho de la mujer a tener la patria potestad de los hijos.
En 1936 el Gobierno de la Generalitat de Catalunya despenalizó y legalizó el aborto.
En 1935 se decretó la abolición de la prostitución reglamentada, dado que hasta ese momento el cuerpo de la mujer era considerado legalmente por la burguesía como una mercancía en venta.
En el terreno laboral se dieron algunos pasos adelante para todos: Ley de Maternidad, que regulaba por primera vez el período de lactancia, el tiempo de baja por maternidad, etc. En el terreno laboral el 1 de julio de 1931 se decretó la jornada de 8 horas. Se regularizó el trabajo nocturno y se aprobó la ley de descanso, los domingos. El salario de la mujer era el 50% más bajo que el de los hombres.
La II República significó un gran avance en los derechos políticos y sociales de las mujeres.
Con el triunfo del golpe de estado no solo se evitó que se consolidaran los avances conseguidos si no que las mujeres retrocedieron en sus condiciones de vida y en sus derechos, se prohibieron todas sus conquistas: el derecho al aborto, el divorcio, los matrimonios civiles; y además se las prohibió prácticamente el derecho a trabajar por medio del Fuero del Trabajo, quedando de nuevo confinada a las cuatro paredes del hogar.
Con la llegada de la transición y la paulatina implantación de un sistema democrático se han ido recuperando muchas de las libertades y derechos que ya se consiguieron durante la II republica.
Pero en el día de hoy vemos como, amparándose en una crisis económica mundial, el actual gobierno de la nación está recortando libertades e implantando políticas y leyes mediante las cuales el riesgo de exclusión de la mujer es cada vez mayor. Los avances conseguidos a lo largo del periodo democrático están peligrando y otros que aun están por conseguir, como la abolición de la prostitución, considerada la mayor forma de esclavitud femenina, quedan cada vez más lejos.
En la actualidad las mujeres cobran un salario que es el 33% inferior al de los hombres , sólo ocupan un 10% de los puestos de máxima dirección y son las primeras victimas de la crisis.
Las mujeres, como colectivo, son más pobres que los hombres por muchas razones: por su menor presencia en el mercado laboral y su peor situación en dicho mercado, por su menor acceso a la propiedad, por su vulnerabilidad derivada del hecho de ser madres.
Las mujeres son en todos los países las más pobres entre los pobres, las más marginadas entre los marginados.
Por todo ello desde el grupo municipal de IU-Verdes proponemos al Pleno los siguientes acuerdos:
- Elevar al Gobierno de la Nación y al de la Comunidad Autónoma la petición de que cese en sus políticas restrictivas e involucionistas relacionadas con el colectivo de mujeres y sus derechos sociales.
- Instar a la colaboración del Gobierno de la Nación y al de la Comunidad Autónoma con el ayuntamiento de Alhama de Murcia para continuar implementando políticas de igualdad a nivel municipal, incidiendo en el uso del lenguaje no sexista a la hora de redactar documentos oficiales.
- Finalizar la elaboración y puesta en marcha con carácter de urgencia del I Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de Alhama de Murcia, en el que se impliquen todas las áreas municipales.
- Cumplir con el acuerdo adquirido por la corporación municipal en el año 2010 de aumentar el presupuesto para políticas de igualdad de género para alcanzar al menos el 5% en los próximos cuatro años.
En Alhama De Murcia, a 1 De Febrero De 2012
Fdo: Isabel Campos López, Concejala del Grupo Municipal Izquierda Unida-Verdes
Estamos habituadas a considerar el 8 de marzo como un día festivo de reivindicación que muchas veces acaba en una cena con las amigas sin maridos y compañeros. Parece que no tengamos memoria o puede que muchas de nosotras no conozcamos el camino que ha conducido a que el 8 de marzo se convierta en el día de la mujer trabajadora y sobretodo de cómo se ha llegado a hablar de emancipación femenina.
El camino mediante el cual hemos ido dejado atrás el concepto de mujer de la época de Aristóteles que definía a la mujer como “un ser sin alma cuyo mejor adorno es el silencio”
La mujer ha sido considerada tradicionalmente como un sector atrasado de la sociedad, Este carácter "atrasado" no es innato a la mujer, como nos han querido hacer creer. En su conjunto, el sexo femenino sufre doblemente: de una parte sufre bajo la dependencia social de los hombres y de otra parte, mediante la dependencia económica en que se hallan las mujeres en general, y las mujeres trabajadoras en particular .
Es difícil reconstruir la historia en lo que concierne a las mujeres pero esta nos ha demostrado que en los períodos conflictivos, las mujeres han estado siempre en primera línea, y en muchos casos han jugado un papel decisivo.
En la Revolución Francesa de 1789 las mujeres del Tercer Estado estuvieron en todos los acontecimientos importantes, reivindicando el derecho al trabajo, luchando contra la carestía de la vida; las mujeres de los suburbios de París participaron activamente en la toma de la Bastilla o en la Marcha sobre Versalles.
En la Comuna de París en 1871 estuvieron en las barricadas junto al resto de los trabajadores.
Lo mismo ocurrió durante todo el proceso que culminó con la Revolución Rusa de 1917.
De la misma manera vimos este carácter combativo de la mujer en los acontecimientos que se desarrollaron durante los años 30 en el Estado español.
A principios del siglo XIX las mujeres no podían votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos.
En 1930 la población activa femenina era del 24% sobre el total. El 80% de estas mujeres eran solteras y viudas. Cuando el marido moría la mujer se veía obligada a trabajar para sacar adelante a sus familias, porque no existía ningún tipo de pensión de viudedad. Por otra parte las mujeres casadas se encontraban con más dificultades: había leyes que dificultaban su acceso al trabajo, necesitaban tener permiso del marido para poder trabajar, no podían disponer libremente de su salario, y si el marido se oponía a que la mujer cobrase el salario, lo podía cobrar él directamente, e incluso si se separaban judicialmente el marido seguía teniendo el derecho a cobrar el salario de la mujer.
Con la llegada de la II República y en la Constitución de 1931 se reconoció el derecho al voto de la mujer y el derecho a ser elegidas para cualquier cargo público. En 1932 se aprueban la Ley de Matrimonio Civil y la Ley del Divorcio, en ese momento la más progresista de Europa, ya que reconocía el divorcio por mutuo acuerdo y el derecho de la mujer a tener la patria potestad de los hijos.
En 1936 el Gobierno de la Generalitat de Catalunya despenalizó y legalizó el aborto.
En 1935 se decretó la abolición de la prostitución reglamentada, dado que hasta ese momento el cuerpo de la mujer era considerado legalmente por la burguesía como una mercancía en venta.
En el terreno laboral se dieron algunos pasos adelante para todos: Ley de Maternidad, que regulaba por primera vez el período de lactancia, el tiempo de baja por maternidad, etc. En el terreno laboral el 1 de julio de 1931 se decretó la jornada de 8 horas. Se regularizó el trabajo nocturno y se aprobó la ley de descanso, los domingos. El salario de la mujer era el 50% más bajo que el de los hombres.
La II República significó un gran avance en los derechos políticos y sociales de las mujeres.
Con el triunfo del golpe de estado no solo se evitó que se consolidaran los avances conseguidos si no que las mujeres retrocedieron en sus condiciones de vida y en sus derechos, se prohibieron todas sus conquistas: el derecho al aborto, el divorcio, los matrimonios civiles; y además se las prohibió prácticamente el derecho a trabajar por medio del Fuero del Trabajo, quedando de nuevo confinada a las cuatro paredes del hogar.
Con la llegada de la transición y la paulatina implantación de un sistema democrático se han ido recuperando muchas de las libertades y derechos que ya se consiguieron durante la II republica.
Pero en el día de hoy vemos como, amparándose en una crisis económica mundial, el actual gobierno de la nación está recortando libertades e implantando políticas y leyes mediante las cuales el riesgo de exclusión de la mujer es cada vez mayor. Los avances conseguidos a lo largo del periodo democrático están peligrando y otros que aun están por conseguir, como la abolición de la prostitución, considerada la mayor forma de esclavitud femenina, quedan cada vez más lejos.
En la actualidad las mujeres cobran un salario que es el 33% inferior al de los hombres , sólo ocupan un 10% de los puestos de máxima dirección y son las primeras victimas de la crisis.
Las mujeres, como colectivo, son más pobres que los hombres por muchas razones: por su menor presencia en el mercado laboral y su peor situación en dicho mercado, por su menor acceso a la propiedad, por su vulnerabilidad derivada del hecho de ser madres.
Las mujeres son en todos los países las más pobres entre los pobres, las más marginadas entre los marginados.
Por todo ello desde el grupo municipal de IU-Verdes proponemos al Pleno los siguientes acuerdos:
- Elevar al Gobierno de la Nación y al de la Comunidad Autónoma la petición de que cese en sus políticas restrictivas e involucionistas relacionadas con el colectivo de mujeres y sus derechos sociales.
- Instar a la colaboración del Gobierno de la Nación y al de la Comunidad Autónoma con el ayuntamiento de Alhama de Murcia para continuar implementando políticas de igualdad a nivel municipal, incidiendo en el uso del lenguaje no sexista a la hora de redactar documentos oficiales.
- Finalizar la elaboración y puesta en marcha con carácter de urgencia del I Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de Alhama de Murcia, en el que se impliquen todas las áreas municipales.
- Cumplir con el acuerdo adquirido por la corporación municipal en el año 2010 de aumentar el presupuesto para políticas de igualdad de género para alcanzar al menos el 5% en los próximos cuatro años.
En Alhama De Murcia, a 1 De Febrero De 2012
Fdo: Isabel Campos López, Concejala del Grupo Municipal Izquierda Unida-Verdes
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