jueves, 10 de enero de 2013

PRESUPUESTOS 2013


El pasado 27 de diciembre, víspera del Día de los Inocentes, como de costumbre, asistí al pleno ordinario con el que se cerraba el ejercicio 2012. En esta ocasión, llegué tarde muy a mi pesar porque el Sr. Alcalde decidió adelantar la sesión una hora, en previsión de que el mismo se alargase demasiado debido al extenso orden del día, que incluía trece puntos, el último de ellos referido a los presupuestos municipales para 2013.
Los Presupuestos, como su propio nombre indica, contienen las previsiones de ingresos y gastos que el Gobierno Municipal tiene para los próximos doce meses, correspondientes al año 2013. Suponen un adelanto de las intenciones políticas de quienes nos gobiernan y, a través de ellos, podemos conocer las líneas maestras por las que se regirán  sus futuras actuaciones. En este artículo no voy a realizar un análisis  exhaustivo de cada una de las partidas que los componen, pero sí puedo hacer una valoración global de los mismos para que los alhameños conozcan mis percepciones al respecto.
En primer lugar, salta a la vista que es un presupuesto rácano, en el cual apenas hay dinero para inversiones que mejoren  las instalaciones y servicios que actualmente se prestan desde el Ayuntamiento. Prácticamente el 90 % de los gastos se destina a personal, contratos con las empresas adjudicatarias de servicios municipales, suministros de materiales, agua y energía,  o a subvencionar las distintas asociaciones locales.
En cuanto a los ingresos, las tres cuartas partes salen directamente de los bolsillos de los alhameños. El resto también tiene la misma procedencia, aunque vengan por otras vías: el 5% de la Comunidad Autónoma, para cubrir parte de la financiación las cuestiones de su competencia, y el 20 % restante de lo que nos corresponde por lo que tributamos al Estado. En definitiva, queda meridianamente claro que nadie nos presta ningún servicio que antes no hayamos pagado con creces. Lo que resulta escandaloso es que cada vez paguemos más y a cambio recibamos peores servicios. Si estuviésemos hablando de transacciones comerciales, diríamos que los más beneficiados son los intermediarios, en este caso los políticos que gestionan nuestro dinero.
La sensación general que percibí en el Pleno es que los presupuestos presentados por el Concejal de Hacienda de nuestro Ayuntamiento no dan lugar a lucimiento alguno. Es decir, no suponen algo de lo que puedan sentirse orgullosos y sacar rédito electoral, sino todo lo contrario: son un claro ejemplo del incumplimiento de su programa, en el que nos prometían congelar los impuestos y una inmejorable conexión con los Gobiernos de Rajoy y Valcárcel.  Esto explica que no se debatiesen en un pleno extraordinario, sino al final de uno ordinario y después de debatir once puntos previos. Además, el Sr. Cánovas utilizó un lenguaje técnico-administrativo y  una velocidad de vértigo en su exposición, con la clara intención de que nadie entendiese “ni papa”.
Por otra parte, las caras de aburrimiento de la bancada popular, sus molestos “cuchicheos” y el constante manejo de sus aparatos de telefonía móvil durante el desarrollo del pleno, evidencian su falta de respeto a los ciudadanos a los que representan y la prepotencia con la que manejan su “rodillo”. Yo me pregunto para qué necesitamos doce concejales gobernantes si normalmente sólo intervienen uno para exponer, otro para “dorar la píldora”  y el Alcalde, que no pierde ocasión para sentirse aludido.

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