sábado, 16 de noviembre de 2013

SIGUE LA SANGRÍA FISCAL


En Pleno ordinario del pasado mes de octubre se aprobaron   las Ordenanza Fiscales que regirán a partir de enero de 2014.
El PP en nota de prensa intenta convencernos de que estas Ordenanzas no van a suponer una subida de los principales impuestos. Sin embargo, la realidad nos dice lo contrario. No es necesario ser un “lumbreras” para darse cuenta de que si a los impuestos, tasas y precios públicos se les incrementa el Índice de Precios al Consumo –incluso más en algunos de ellos-, mientras que los sueldos y pensiones se congelan o disminuyen como está sucediendo en los últimos años, los perjudicados vuelven a ser de nuevo trabajadores, pensionistas y pequeñas empresas.
Las principales beneficiadas con estas Ordenanzas son las grandes empresas, puesto que a aquellas que tengan una cifra de negocio igual o superior a 1 millón de euros se les reduce en 5 puntos el coeficiente del Impuesto de Actividades Económicas. Si a esto le añadimos que también se aprovechan de la bonificación del 5% para quienes tengan domiciliado el recibo de la contribución, la merma de ingresos en las arcas municipales a cuenta de estas sociedades y de los grandes propietarios será de  muchos miles de euros.
Sin embargo, los ciudadanos de a pie sufriremos las consecuencias del aumento de la presión fiscal, que estará muy por encima de lo que se incrementen nuestras retribuciones salariales o las prestaciones públicas en pensiones, subsidios, ayudas, etc. El ejemplo más sangrante vuelve a ser la Contribución, cuyo recibo aumentará en torno al 10 % para el próximo año. Si echamos la vista atrás, desde que se realizó la revisión catastral en el 2008, en poco más de 6 años han aumentado los recibos sobre un 80 %. Un verdadero “atraco a mano armada”.
Cuando algunos pusimos el grito en el cielo ante el exagerado incremento de las valoraciones catastrales, el PP, que gobernaba nuestro Ayuntamiento, “hizo mutis por el foro”, sin hacer nada por impedir que se sobrevaloraran viviendas y terrenos rústicos al son que tocaban los especuladores del momento. Para que no nos alborotáramos, nos dijeron que no subiría mucho el recibo, puesto que modularían el tipo impositivo de la Ordenanza Fiscal. Sin embargo, al llegar a nuestras manos comprobamos que una vez más nos habían engañado miserablemente.
Los valores catastrales se revisan cada 10 años. Por tanto, si nadie lo remedia nos van a seguir sangrando hasta 2018. Ahora “nos quieren vender la moto” diciéndonos que van a solicitar una revisión a la baja los valores catastrales asignados en el 2008. Lo que no nos dicen es que esto llevará implícito una subida de los tipos, con lo cual el recibo seguirá aumentando cada año  lo que el Gobierno Municipal considere oportuno, en función de sus necesidades presupuestarias.
No sé ustedes, pero yo no estoy dispuesto a que quienes nos llevan engañando durante estos años, de nuevo, me quieran hacer “comulgar con ruedas de molino”.

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