Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
En los 311,55 km² que tiene
nuestro término municipal se incluyen, además de los núcleos urbanos, terrenos
agrícolas y espacios naturales protegidos, interconectados por un sinfín de
caminos, sendas y veredas de titularidad pública.
Con motivo de la elaboración del
Plan General de Urbanismo de 1997 se realizó un inventario de caminos,
posteriormente revisado en los años 2001 y 2009. También, en el año 2012 se
aprobó una ordenanza de caminos públicos. Todo ello en un intento de garantizar
su protección y conservación, ante el mal uso y apropiación indebida que venían
sufriendo estas vías de comunicación, muchas de ellas históricas.
Cada vez es más creciente el uso
de sendas y caminos públicos por parte de los ciudadanos, debido al auge de las
actividades en la naturaleza como senderismo, ciclismo y turismo rural.
Desgraciadamente muchas de estas vías, que servían para interconectar la
población rural o paso de ganado, fueron cayendo en desuso debido al abandono de
los núcleos rurales y desapareciendo por la erosión o la apropiación indebida
de particulares.
Es frecuente, cuando uno transita
por el campo o la montaña, toparse con zonas cultivadas, vallados o puertas que
ocupan lo que antaño eran caminos públicos. Esto mismo es aplicable a cauces
pluviales como ramblizos y ramblas.
Cada día es más evidente que no
basta con hacer ordenanzas e inventarios, es necesario deslindar estos bienes
de dominio público, especialmente en aquellos que existan indicios de usurpación. A ello debe unirse un plan municipal de
recuperación, protección y mantenimiento.
Las veredas son competencia de la
Comunidad Autónoma y los cauces pluviales de la Confederación Hidrográfica,
pero a los municipios corresponden las competencias en la conservación de
caminos y vías públicas. Desgraciadamente, la mayor parte de fondos públicos se
han invertido en el asfaltado de los caminos de mayor uso por parte de los
vecinos y propietarios de fincas agrícolas o de recreo. Sin embargo, la
conservación es mucho más que eso, puesto que implica vigilancia,
desafectación, deslinde, señalización, recuperación, habilitación de
servidumbres de paso, etc.
Actualmente, nuestro Ayuntamiento
tiene parte del trabajo hecho, puesto que dispone de inventario y ordenanza.
Pero, sin duda, queda mucho por hacer en el terreno de la conservación, en el
más amplio sentido de la palabra.
En 2014, a iniciativa de la
Asociación de Vecinos de Gebas, se aprobó en Pleno confeccionar un inventario
municipal de sendas, instando a iniciar los trabajos de toma de datos y
recopilación de documentación que sirviesen de base al mismo. Sin embargo, no
me consta que se esté haciendo nada al respecto.
Creo que se hace necesario un plan
específico, que implique facilitar por parte del Ayuntamiento recursos
económicos y humanos que den un verdadero impulso a la conservación de sendas y
caminos. Para ello, resulta imprescindible la participación ciudadana a través
de asociaciones relacionadas con la conservación, protección y disfrute del entorno
natural.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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