Artículo de Damián Rubio publicado en Infolínea
La Región de Murcia por su
situación geográfica es, junto con Alicante y Almería, la zona con menos
recursos hídricos del continente europeo. La escasez de lluvias, cada vez más
acuciante, impide el desarrollo de todo el potencial agrícola que tienen estas
provincias del sureste español. Se da la paradoja de que esta carencia de agua
tiene lugar en unas tierras con la mayor producción hortofrutícola de Europa.
Este problema se viene
arrastrando históricamente, y para solucionarlo en los años 70 se construyó el
Trasvase Tajo-Segura, un acueducto que supuso un gran avance de la agricultura
de regadío y un aumento exponencial de las exportaciones agroalimentarias. Esta
enorme infraestructura ya se quedó pequeña antes de que llegase la primera gota
de agua, puesto que las perspectivas generadas multiplicaron las
extensiones de cultivo desmesuradamente.
Las demandas hídricas no han
parado de crecer en las últimas décadas, no sólo por el consumo agrícola sino
por la atención a otras necesidades creadas. Todo ello, dio lugar a una
auténtica “guerra del agua” entre las comunidades autónomas afectadas, tanto
por la infraestructura del Trasvase Tajo-Segura, ya existente, como por la
faraónica idea de trasvasar agua del Ebro desde su desembocadura, auspiciada
por el Gobierno Aznar.
Desde la derogación del Trasvase
del Ebro por parte del Gobierno Zapatero en 2004, el Partido Popular se ha
manejado como “pez en el agua” vendiendo en cada comunidad lo que los
agricultores querían escuchar, e incitándoles a manifestarse sujetando la
pancarta del “agua para todos” contra del Ejecutivo Nacional y el de Castilla
la Mancha, que estaban en manos del PSOE.
En el año 2011, el PP consiguió
el poder en la mayoría de las Comunidades implicadas en el conflicto del agua,
además del gobierno de la nación. Con ello puso fin a sus reivindicaciones y
dejó que los agricultores volviesen a “sus asuntos”. Evidentemente, sin solucionar el
problema del agua.
Sigo pensando que el Trasvase del
Ebro no es la solución a las demandas hídricas del sureste español, más bien formaba
parte de la estrategia especulativa, y de sospechosa financiación, que acompaña al PP y sus
grandes proyectos de infraestructuras.
También me reafirmo en que la
resolución del problema del agua en nuestra zona pasa por la continuidad de una
obra ya construida y amortizada como el Trasvase Tajo-Segura, la reutilización
y depuración del agua, el empleo de desaladoras y el uso racional de los
acuíferos subterráneos. Todo ello acompañado del adecuado control para que este
escaso recurso se utilice de forma sostenible.
Es el momento de que se imponga
la razón: renunciando a la manipulación política del agua, unificando y racionalizando el uso de los
recursos hídricos, vigilando y persiguiendo la especulación, evitando la excesiva proliferación de regadíos
y apostando por los cultivos más rentables, social y económicamente. En
definitiva, pensando en el interés general de los ciudadanos.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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