lunes, 27 de febrero de 2017

DIMISIÓN DEL PRESIDENTE DE LA C.A. Y CONVOCATORIA DE NUEVAS ELECCIONES


Los coordinadores de Izquierda Unida-Verdes de la Región de Murcia, Candi Marín y José Luis Alvárez-Castellanos, expresando el acuerdo unánime de su dirección colegiada, lo tienen claro.  

La crisis política generada por las aventuras y desventuras procesales de Pedro Antonio Sánchez y por las resoluciones judiciales que van generando, sólo tiene como salida ética y políticamente asumible la concertación de todos los grupos parlamentarios de la oposición en una moción de censura y la investidura de un nuevo presidente que tenga como mandato único la disolución de la Asamblea Regional y la inmediata convocatoria de elecciones autonómicas.



La dirección política de IU-V-RM afirma que el pacto de investidura -entre CD,s y PP- que puso a PAS en San Esteban extendía sus efectos éticos en el ámbito subjetivo a todo cargo público imputado (ahora investigado), y por lo tanto, no se puede dimitir de Presidente de la CARM para agazaparse en un escaño de diputado raso a ver si escampa. Eso sería, pura y llanamente, un fraude político, una jugada de trileros de feria de tercera división y un incumplimiento de un acuerdo ético que, como ya hemos dejado dicho, vincula y compromete a las dos formaciones políticas que lo firmaron con el conjunto de la ciudadanía de la Región de Murcia frente a la que se firmó.



En un sistema que de facto es presidencialista, pretender que alguien que no encabezó la lista por la circunscripción de Murcia, y que no se presentó como candidato a Presidente de la CARM, ocupe ese cargo, aunque sean sólo diez minutos, es un timo a los ciudadanos de Murcia.



Así pues, IU-V vuelve a apelar a todos los grupos parlamentarios de la oposición, expresando que “si nosotros tuviésemos aunque fuese un solo escaño en esa cámara, ya habríamos promovido de manera pública y notoria -ni secreta, ni discreta- un encuentro de todos los grupos para llevar a la Mesa del Parlamento una moción de censura, investir a un candidato, disolver la cámara y convocar elecciones”. Esa respuesta es la única que está a la altura de la responsabilidad ética e histórica de este momento político.

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