Justo hace un año, el Pleno del
Ayuntamiento de Alhama aprobó por unanimidad de todos los Grupos Políticos una
moción de reconocimiento a los alhameños presos y asesinados en los campos de
concentración nazis. Posteriormente, en el mes de mayo, tuvo lugar una
conferencia y exposición fotográfica sobre el material recopilado por Francisco
Boix, fotógrafo que vivió en primera persona el horror campos de exterminio
nazis, y la colocación de monumento de recuerdo a los 5 alhameños de los que
hay constancia que también estuvieron presos en estos campos.
En los últimos días, hemos podido
constatar que el citado monumento ha sido objeto de actos vandálicos, que han
supuesto la sustracción de tres de las cinco pequeñas esculturas de bronce en
forma de llama que rinden homenaje a las víctimas alhameñas en los citados
campos de concentración.
El respeto a nuestro entorno más
cercano sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra ciudadanía. No hay más
que ver los frecuentes desperfectos en el mobiliario urbano: contenedores,
farolas, papeleras, bancos, jardines, etc. No sólo hay desperfectos, sino
también otras sustracciones tan sonadas como el acolchado de las zonas de
juegos infantiles o el cableado de las farolas de la Avenida Antonio Fuertes.
Exceptuando el robo de cableado
de cobre, el resto de actos vandálicos no reportan beneficio alguno para
quienes los realizan. Se puede decir que sólo pretenden hacer daño a los bienes
públicos, como si se tratase de algo ajeno a ellos mismos. Reponer los daños
provocados por de este tipo de actos supone un esfuerzo económico por parte de los
organismos públicos que tenemos que pagar entre todos.
Este asunto sólo se puede
solucionar con educación y colaboración ciudadana; es imposible asignar un
vigilante a cada bien público. El tema de la “educación” resulta muy socorrido
para todos los problemas que tiene nuestra sociedad, pero no nos queda otra que
abordarlo desde este prisma. Por supuesto, se trata de “educación con mayúsculas”
y en ello estamos implicados todos, no sólo los centros educativos.
Debemos tomar conciencia e
implicarnos todos; los padres, con su ejemplo; las escuelas, con materias
específicas de educación cívica y medioambiental; las instituciones, con
programas y actuaciones concretas relacionadas con el respeto a todos los
bienes públicos; los medios de comunicación, con un tratamiento de las noticias
que se centre en la realidad y huya del sensacionalismo; y la sociedad en
general, con la denuncia y condena de todo tipo de actos vandálicos.
Prefiero pensar que en la
sustracción de las esculturas que rinden homenaje a los alhameños víctimas del
nacismo no hay vandalismo ideológico, porque este matiz añadiría un plus de
gravedad al asunto que transcendería más allá de lo material, ya que se estaría
faltando al respeto a los homenajeados y familiares, lo que sería realmente
inadmisible.
Creo que los espacios públicos
reflejan una imagen de quienes los habitan. Cuando los depreciamos o los
deterioramos, estamos ofreciendo una imagen negativa de nosotros mismos como
colectividad ciudadana.
Damián Rubio es Coordinador Local de IU-Verdes Alhama
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