El próximo día 8 de marzo se celebra, como todos los años, el Día Internacional de la Mujer. Por estas fechas nuestros políticos suelen hacer balance, aunque sea sólo por un día, de los progresos conseguidos en relación con la igualdad entre hombres y mujeres. Normalmente, suelen ser autocomplacientes y resaltan exclusivamente los pequeños avances conseguidos, pero la realidad nos viene demostrando, día a día, que aún falta mucho por recorrer.
En relación a la violencia contra las mujeres, que es el tema más mediático en estos momentos, se puede afirmar que los progresos son prácticamente nulos si nos fijamos en el número de victimas anuales (74 en 2008, cifra que se viene repitiendo, aproximadamente, en los últimos años). A pesar de la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, que contempla medidas de protección para las víctimas y endurecimiento de las penas para los maltratadotes, seguimos soportando esta lacra social que no parece tener final.
La conciliación entre vida laboral y familiar sigue siendo una utopía para la mayoría de las mujeres trabajadoras. Lo más frecuente es que realicen dos jornadas, una dentro y otra fuera de casa. En el mejor de los casos, hay afortunadas cuyos maridos “colaboran” con las tareas domésticas; son una excepción las parejas en las que sus componentes comparten el trabajo en el hogar. También son muy pocas las empresas que facilitan, realmente, a hombres y mujeres la posibilidad de conciliar trabajo y responsabilidades familiares.
La situación actual, con la tan traída y llevada crisis económica, perjudica especialmente a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, entre los que se encuentra la mujer. Sí en circunstancias “normales” ya tenían dificultades para incorporase al mercado laboral, ahora tienen muchas más.
La sociedad sigue manteniendo los roles patriarcales, que asignan a la mujer la educación de los hijos, el cuidado de los mayores y enfermos, las labores domésticas, etc. Todavía subyace la idea de que el trabajo de la mujer fuera de casa es una ayuda complementaria al sueldo del marido.
Creo que la celebración del Día Internacional de la Mujer, aún a riesgo de caer en lo tópico y protocolario, viene bien para seguir incidiendo en la concienciación de la sociedad para conseguir la plena igualdad entre hombres y mujeres. Para ello, se hace necesario que todas instituciones públicas hagan un esfuerzo permanente en la realización de programas de sensibilización, diseño y ejecución de planes de igualdad, potenciación del asociacionismo femenino, etc. Me parece especialmente importante que se haga hincapié en la educación de nuestros niños y jóvenes, para que se vayan desechando, de una vez por todas, los viejos estereotipos tradicionales.
Me sorprendió enormemente que en el último pleno no se incluyera dentro del orden del día la moción presentada por IU + Los Verdes, que hacía referencia a la conmemoración del 8 de Marzo y al largo camino que queda por recorrer en favor de la igualdad. Opino que es otra muestra más de la prepotencia del gobierno PPSOE.
En relación a la violencia contra las mujeres, que es el tema más mediático en estos momentos, se puede afirmar que los progresos son prácticamente nulos si nos fijamos en el número de victimas anuales (74 en 2008, cifra que se viene repitiendo, aproximadamente, en los últimos años). A pesar de la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, que contempla medidas de protección para las víctimas y endurecimiento de las penas para los maltratadotes, seguimos soportando esta lacra social que no parece tener final.
La conciliación entre vida laboral y familiar sigue siendo una utopía para la mayoría de las mujeres trabajadoras. Lo más frecuente es que realicen dos jornadas, una dentro y otra fuera de casa. En el mejor de los casos, hay afortunadas cuyos maridos “colaboran” con las tareas domésticas; son una excepción las parejas en las que sus componentes comparten el trabajo en el hogar. También son muy pocas las empresas que facilitan, realmente, a hombres y mujeres la posibilidad de conciliar trabajo y responsabilidades familiares.
La situación actual, con la tan traída y llevada crisis económica, perjudica especialmente a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, entre los que se encuentra la mujer. Sí en circunstancias “normales” ya tenían dificultades para incorporase al mercado laboral, ahora tienen muchas más.
La sociedad sigue manteniendo los roles patriarcales, que asignan a la mujer la educación de los hijos, el cuidado de los mayores y enfermos, las labores domésticas, etc. Todavía subyace la idea de que el trabajo de la mujer fuera de casa es una ayuda complementaria al sueldo del marido.
Creo que la celebración del Día Internacional de la Mujer, aún a riesgo de caer en lo tópico y protocolario, viene bien para seguir incidiendo en la concienciación de la sociedad para conseguir la plena igualdad entre hombres y mujeres. Para ello, se hace necesario que todas instituciones públicas hagan un esfuerzo permanente en la realización de programas de sensibilización, diseño y ejecución de planes de igualdad, potenciación del asociacionismo femenino, etc. Me parece especialmente importante que se haga hincapié en la educación de nuestros niños y jóvenes, para que se vayan desechando, de una vez por todas, los viejos estereotipos tradicionales.
Me sorprendió enormemente que en el último pleno no se incluyera dentro del orden del día la moción presentada por IU + Los Verdes, que hacía referencia a la conmemoración del 8 de Marzo y al largo camino que queda por recorrer en favor de la igualdad. Opino que es otra muestra más de la prepotencia del gobierno PPSOE.
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