viernes, 29 de enero de 2010

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Nuestro Ayuntamiento está viviendo en las últimas semanas ciertos momentos de zozobra, que han saltado a luz como consecuencia del intercambio de declaraciones entre el Alcalde y su Concejal de Cultura, y portavoz del Grupo Popular, Sr. Basauri. Todo ello coincidiendo con la proximidad del relevo en la Alcaldía, pactado entre PP y PSOE, que supone la dimisión del Sr. Romero y la elección para el cargo del Sr. Espadas. La chispa saltó cuando el primer edil anunció que asumiría las Concejalías de Cultura y Patrimonio, así como las funciones de portavoz del PP en el Consistorio, todas ellas en manos del concejal anteriormente citado. Además, hizo público un calendario en el que se ponía fecha a cada uno de estos acontecimientos. El primer acto estaba programado para el pasado martes, día 19, en el que Romero retiraría a Basauri las delegaciones citadas y presentaría, posteriormente, su dimisión como alcalde. Los hechos han transcurrido por otros derroteros. En primer lugar, el concejal defenestrado ha presentado resistencia, manifestando su disconformidad a través de dos ruedas de prensa en las que ha tachado de déspota a su jefe de filas. La reacción de éste último despojándole, no sólo de las responsabilidades de Cultura y Patrimonio, sino también del resto de delegaciones (Deportes y Nuevas Tecnologías), viene a superar con creces el calificativo que su concejal le adjudica. En segundo lugar, no respondió a las expectativas del público asistente al Pleno, que esperaba “con emoción contenida” su dimisión. Por tanto, no pudo cumplir con las previsiones de su calendario, ya que los trámites burocráticos le impidieron la ejecución pública de su subordinado, y presentar su dimisión habría supuesto la no asistencia a la Feria de Turismo del pasado fin de semana y quedarse como recuerdo las placas con su nombre, al no poder colocarlas en el edificio de Industrialhama o en el cuartel de la Policía Local y Protección Civil.

Opino que el Sr. Romero pasará a los anales de la historia alhameña como el alcalde con más afán de protagonismo. Hasta ahora, no había visto a un regidor municipal tan decidido a utilizar la Institución para su beneficio político. Para ello, es capaz de pasar por encima de los miembros de sus propios equipos de gobierno, de sus socios de coalición y, al parecer, de su propio partido a nivel local, ni que decir tiene que “pasa” de cualquier sugerencia de la oposición. Creo que si esto lo trasladásemos a la voluntad actual de los votantes alhameños, seguramente veríamos que el Sr. Romero Cánovas, en estos momentos, sólo se representa a sí mismo y a sus “palmeros” de siempre. Eso sí, con todas las bendiciones del Sr. Valcárcel, principal valedor de su fiel vasallo en Alhama.

A todo esto, los concejales del PSOE -“preparadísimos” según el Sr. Saura- se mantienen en silencio ante todo este espectáculo. Sólo en privado, y con la boca pequeña, se atreven a decir que sus socios les están “guarreando” la toma de posesión del Sr. Espadas. Cuando escribo estas líneas, aún no ha tenido lugar el relevo en la Alcaldía, pero no me cabe ninguna duda de que se producirá, dando cumplimiento al pacto PPSOE. Desgraciadamente para los socialistas, me parece que esto es un “aviso para navegantes”, y es sólo un aperitivo de lo que les espera en el resto de legislatura. Resulta evidente, que en lo que queda de la misma a ninguno de nuestros dos alcaldes les interesa políticamente aparecer juntos en la misma foto. ¿Cuál de ellos se apartará? Sin duda, el Sr. Romero, ya tiene asignado a su socio Espadas el papel de actor secundario, aunque tenga título de alcalde.

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