Si en el artículo de la pasada semana hablaba del apretón del PP con sus últimos recortes, una vez concretados por el Consejo de Ministros del Sr. Rajoy, podemos afirmar que se trata de un auténtico estrangulamiento de la clase trabajadora. Las medidas anti crisis nuevamente van dirigidas a favorecer a los bancos, los defraudadores y la economía especulativa, mientras castigan duramente a los trabajadores, parados, dependientes, autónomos y pequeños empresarios; en una palabra, a los que cumplimos “religiosamente” con el pago de nuestros impuestos y con ello soportamos el mayor peso en el mantenimiento del Estado.
Una de las medidas adoptadas por el Sr. Rajoy para sacarnos de la “crisis” es la subida del IVA, que experimenta importantes cambios en sus dos modalidades más usuales: el reducido, que pasa del 8 al 10 %; y el general, que pasa del 18 al 21%. Con estos datos se podría hablar de una subida de 2 y 3 puntos respectivamente, pero la trampa está en una nueva clasificación de los productos, de tal modo que gran parte de los que estaban tipificados dentro del IVA reducido (8%) ahora se encuadran en el general (21%) experimentando, de una tacada, un escandaloso aumento de 13 puntos en su gravamen.
Si con el abaratamiento del despido, favorecido por la reforma laboral, nos querían convencer de que se propiciaría la creación de empleo, y hemos visto el imparable aumento de las cifras de desempleados, próximas ya a los seis millones, no quiero pensar lo que nos va a ocurrir si con la subida del IVA se pretende reactivar la economía. No hay que ser ningún “lumbreras” para darse cuenta de que esta medida traerá más crisis, más paro y más fraude. Sin duda tendrá un efecto inmediato sobre el consumo, afectando a muchos autónomos y pequeñas empresas que se verán obligados al cierre de sus negocios y a engrosar las listas del paro.
Otras “brillantes medidas” para sacarnos de la crisis han sido: la supresión de la extra de Navidad a los empleados públicos, la reducción de la prestación por desempleo, el recorte en la asignación a los cuidadores de personas dependientes y la eliminación de la deducción fiscal por adquisición de primera vivienda. Con todas ellas se vuelve a castigar el consumo de productos básicos y a penalizar a los más desfavorecidos.
La realidad me dice que, hasta ahora, este Gobierno del PP aún no ha tomado ni una sola medida para sacarnos de la crisis a la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país. Lo que se está haciendo con los recortes sociales es ayudar a la Banca a tapar los enormes agujeros financieros provocados por su desmedida ambición especulativa. No sólo estamos pagando una crisis que no hemos creado, sino el derroche de unos pocos.
No soy experto en economía, pero el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda nos dice que se podrían haber adoptado otras medidas como, por ejemplo: la creación de un nuevo Impuesto de Sociedades para quienes obtienen beneficios a partir de un millón de euros, la reducción de la economía sumergida, la aplicación de impuestos a las grandes fortunas y a las transacciones financieras, o restricciones a las SICAV (sociedad de inversión de capital variable) que se han convertido, con el amparo legal, en auténticos paraísos fiscales para los más ricos.
El pasado jueves 12 de julio, en la sesión del Congreso, a la diputada Sra. Fabra le traicionó su entusiasmo por las medidas adoptadas por su jefe Rajoy y, además de aplaudir, como el resto de diputados del PP, desveló el verdadero programa oculto de su partido emitiendo el siguiente exabrupto: “¡que se jodan!”. Ante este brillante comentario, sobran las palabras.
Una de las medidas adoptadas por el Sr. Rajoy para sacarnos de la “crisis” es la subida del IVA, que experimenta importantes cambios en sus dos modalidades más usuales: el reducido, que pasa del 8 al 10 %; y el general, que pasa del 18 al 21%. Con estos datos se podría hablar de una subida de 2 y 3 puntos respectivamente, pero la trampa está en una nueva clasificación de los productos, de tal modo que gran parte de los que estaban tipificados dentro del IVA reducido (8%) ahora se encuadran en el general (21%) experimentando, de una tacada, un escandaloso aumento de 13 puntos en su gravamen.
Si con el abaratamiento del despido, favorecido por la reforma laboral, nos querían convencer de que se propiciaría la creación de empleo, y hemos visto el imparable aumento de las cifras de desempleados, próximas ya a los seis millones, no quiero pensar lo que nos va a ocurrir si con la subida del IVA se pretende reactivar la economía. No hay que ser ningún “lumbreras” para darse cuenta de que esta medida traerá más crisis, más paro y más fraude. Sin duda tendrá un efecto inmediato sobre el consumo, afectando a muchos autónomos y pequeñas empresas que se verán obligados al cierre de sus negocios y a engrosar las listas del paro.
Otras “brillantes medidas” para sacarnos de la crisis han sido: la supresión de la extra de Navidad a los empleados públicos, la reducción de la prestación por desempleo, el recorte en la asignación a los cuidadores de personas dependientes y la eliminación de la deducción fiscal por adquisición de primera vivienda. Con todas ellas se vuelve a castigar el consumo de productos básicos y a penalizar a los más desfavorecidos.
La realidad me dice que, hasta ahora, este Gobierno del PP aún no ha tomado ni una sola medida para sacarnos de la crisis a la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país. Lo que se está haciendo con los recortes sociales es ayudar a la Banca a tapar los enormes agujeros financieros provocados por su desmedida ambición especulativa. No sólo estamos pagando una crisis que no hemos creado, sino el derroche de unos pocos.
No soy experto en economía, pero el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda nos dice que se podrían haber adoptado otras medidas como, por ejemplo: la creación de un nuevo Impuesto de Sociedades para quienes obtienen beneficios a partir de un millón de euros, la reducción de la economía sumergida, la aplicación de impuestos a las grandes fortunas y a las transacciones financieras, o restricciones a las SICAV (sociedad de inversión de capital variable) que se han convertido, con el amparo legal, en auténticos paraísos fiscales para los más ricos.
El pasado jueves 12 de julio, en la sesión del Congreso, a la diputada Sra. Fabra le traicionó su entusiasmo por las medidas adoptadas por su jefe Rajoy y, además de aplaudir, como el resto de diputados del PP, desveló el verdadero programa oculto de su partido emitiendo el siguiente exabrupto: “¡que se jodan!”. Ante este brillante comentario, sobran las palabras.
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